Intimidades de una cualquiera

jueves, 23 de marzo de 2017

Stuck In the Middle With you



Supongamos que vengo un día, te ofrezco algo muy lindo, que te va a ser muy feliz, pero no te garantizo por cuanto tiempo, y al mismo tiempo te digo: “Cabe la posibilidad, de que esto, que ahora es muy lindo, te haga sufrir”. Seguramente, vos me vas a preguntar; en cuanto tiempo esto podría pasar, a lo que yo voy a responder: “No lo sé”.

Esto que te traigo, tan lindo, pero con una cierta amenaza atada en el paquete, te va a traer felicidad, te va a hacer sentir bien, y se va a sentir como una rica droga: Te va a elevar, te va hacer sentir bien, y te va “enganchar”: es decir, que vas a querer cada día un poquito mas para sentirte bien.

Lo aceptarías? Es bastante difícil asumir la responsabilidad, pero también pienso: ¿Qué garantías hay de que suceda lo uno o lo otro? ¿De qué depende? ¿Qué es lo mas inteligente de hacer?

Depende de la persona. De los sentimientos. De las ganas. De la vida misma. Estuve en una relación por 5 fucking años. Enamoradísimos (supuse), con planes a futuro (supuse), y me veía con él por los siglos de los siglos, amén. ¿Cómo él me iba a hacer sufrir? ¿De qué hablan? Sin embargo, esa persona que estuvo a mi lado durante 5 años, que me prometió el oro y el moro, me decepcionó terriblemente, y puedo asegurar, bien segura, que sufrí como una hija de puta... Nunca, en mis 30 y picos de años, sufrí tanto como aquella vez.
Así que realmente, todo aquello que comienza “bien”, “normal”, ¿es garantía de felicidad?

Tenía todas las buenas probabilidades a favor. ¿Qué podía salir mal? TODO puede salir mal. ¿Entonces, que alguien me diga por qué debería renunciar cuando una situación no se ajusta a lo que se considera “normal” (que palabra tan subjetiva)?

A la hora de exponer una idea, me gusta poner los hechos sobre la mesa: Ya hablamos de la persona con la que estoy ahora, y su situación (ya hice una mea culpa sobre esto, así que pueden ir a unos escritos más atrás para saber de qué hablo); bueno, él volvió de su viaje. Mientras estaba fuera, hablamos varias veces, y les juro, que cuando no hablaba con él, físicamente, y sin exagerar, sentía una especie de puntada sostenida en el pecho. Literalmente, me dolía su ausencia. Él no es muy demostrativo, sobre todo por mensaje (personalmente, nada que ver), pero realmente podía sentir su cariño, a lo lejos. El día anterior de volver a verlo, también, literalmente, no pude dormir: moría de ansiedad por abrazarlo. Cuando por fin lo hice, esa puntada se desvaneció. No podíamos parar de besarnos, tocarnos, abrazarnos,  mirarnos profunda y cursimente a los ojos. Siento que el siente cosas por mí, así como también sé que su silencio habla mas de lo que el quisiera... Pero quien tomar en serio esto, lo de la loca enganchada, lo de la adicta, ¿no?

Al fin pudimos estar solos; es otra cosa nuestro mundo: hay risas, hay (MUCHOS) besos, caricias, sexo, y también, charlas. Cuando estoy con él, me cuesta controlar mi verborragia, mis ganas de decirle todo lo que me pasa: le digo lo que siento (no todo), no tengo miedo, y en el fondo, debo reconocer que espero el milagro donde me diga: “¿Sabes qué? Te elijo a vos.” Porque si, puedo tener todo muy claro en la teoría, pero nunca dejo de soñar, aun cuando el ambiente se pone hostil.

Su pesimismo (¿o realismo?) viene a pincharme mi burbuja llena de amor. “No quiero que sufras” (como si fuera solo él quien decidiera sobre ese tema) Acaso, ¿esto no puede cambiar? Ni pensaba, allá cuando empezamos, que esto podía ser posible, tampoco pensaba que el me podía gustar... Hablamos de que esto no podía transformarse en algo serio, hablamos de muchas cosas, muchas prohibiciones, y acá nos ven: Con un te extraño en la punta de la lengua, con ausencias que duelen, con miradas que traspasan el alma, con besos eternos, y con el deseo de poder estar juntos, tranquilos para poder disfrutarnos como realmente queremos. Si, los dos queremos eso.

Se que su posibilidad de perder “todo” es factor muy importante en toda esta ecuación. “No sé si llegaste demasiado temprano, o demasiado tarde”. 5 años hace que estoy en su vida, solo que ahora me involucré en un sentido romántico, entonces, la pregunta para mí es: ¿Qué cambió ahora, que durante 5 años no le sucedía conmigo”.  Su hijo, es un factor más que importante, y no crean que a mí eso no me hace ruido... Pero, ¿acaso la felicidad no es esencial, acaso? Acá puede ser que esté siendo egoísta, en pensar que yo puedo darle toda la felicidad... pero siento que lo que hay entre nosotros, es más grande de lo que admitimos. También, reconozco que mi ansiedad me domina muchas veces, al punto de convertirme en una kamikaze, aunque la verdad es, que tan solo, yo quiero estar con él, experimentar todo esto que tengo ganas, sin prohibiciones, sin correr, sin escondernos, siendo tan solo nosotros.

Quiero eso.

No hay garantías. Podés, como el, tener todo estructurado, todo muy familia Ingalls, y puede venir, alguien como yo a romperte la estructura. Podes, creer que vas a ser muy feliz, que ya tenes todo solucionado, armado, y viene alguien como mi ex, y te rompe la estructura, o pensar que ya el tren del amor, la pasión, pasó para vos, y viene alguien como él que te hace replantearte todo y te hace volver a soñar.

Entonces, de nuevo a la pregunta del principio: ¿Realmente, a ciencia cierta, alguien puede decir, afirmarme, que esta historia termina con alguien sufriendo? ¿Acaso, en un mundo de variables, no puede suceder que esto termine de otra manera? Es más inteligente, correrte y dejar ir, lo que tal vez sea tu felicidad, por si las dudas... ¿Tu felicidad ante tu posibilidad de sufrir, no vale nada?

Me estoy preguntando esto desde que nos despedimos. Hace muy poquito que estamos, desde que empezamos, lo nuestro sigue cambiando y al parecer la forma de relacionarnos también, entonces, con que me quedo? Porque el al principio dijo muchas cosas, que hoy ya se desvanecieron: Es serio lo nuestro, hay sentimientos, y ambos queremos estar más tiempo juntos.

El no da paso. Que no de el paso ahora, teniendo tantas cosas en juego, ¿es un determinante, para que yo ni siquiera espere, deje mi felicidad de lado, y haga lo mas lógico? ¿Se supone que el amor es lógico? ¿Que una historia de amor siempre tiene que fluir fácil?

No sé si me estoy engañando, o que decisión voy a tomar el día de mañana. Solo sé lo siguiente: Quiero estar con él.


El tema es como: Si va a existir un precio, si va a ser posible, y lo mas importante: Si el querrá lo mismo.

martes, 14 de marzo de 2017

Las (pesadas?) Valijas emocionales

No me críe en un hogar común o normal; Soy hija de padres divorciados, de cuando el divorcio no era algo de todos los días en nuestra sociedad. Durante mucho tiempo, cuando era niña, renegaba de esta realidad, hasta que de adolescente, me di cuenta que la decisión que habían tomado mis viejos, era lo mejor que me podía haber pasado, ya que se llevaban como el upite, y realmente, no eran felices el uno con el otro.
Mi primera lección (aunque a veces me la olvido) es: “Si no sos feliz, mejor agarrar tus bártulos e irte a buscar un lugar donde si lo seas, que quedarse viviendo en la amargura total”
Tenía (tengo) adoración por mi viejo. Es verdad, que cuando somos niñas, desarrollamos una especie de amor de Elektra por nuestro papá: Es nuestro primer modelo de hombre, y queramos o no, sus cualidades y sus defectos de alguna manera se quedan pegados en nuestro inconsciente a la hora de buscar una pareja. Cuando empecé a pensar en todo esto, rememoré mis parejas y ¿saben qué? Todos tienen algo en mayor o menor medida como mi papá.

Lo que me daba pena, es que lo veía poco. Luego él se volvió a casar y ahí sentí que esa “maldita” se robaba a mi papá; encima que lo veía poco, ¿lo tenía que compartir con esa cualunque? Uf, mundo cruel.

Su nueva mujer resultó ser incompatible conmigo, sino super celosa; hasta de la hija (yo) de su marido. Lo quería solo para ella, y ahí, a mis jóvenes 10 años, aprendí de lo enfermo que pueden ser los celos,  cuanto pueden lastimar  y desgastar una pareja. A causa de las acciones de ella, terminé peleándome con mi padre.Sentí que él la elegía a ella por encima de mí. Primera vez, en mi vida, que sentí que elegían a otra en vez de a mí. Lo que no dimensioné, en ese entonces, es como ese sentimiento me iba a condicionar en mi vida adulta.
¿Acaso no era lo suficientemente buena? ¿Por qué mi papá la elegía a ella? ¿Qué tenía ella mejor que yo?

Mi vieja, tampoco ayudaba mucho. Como se peleaban seguido con mi viejo, siempre que podía le tiraba un poco de mierda para que yo me enojara más con él (esto, por mala suerte, es moneda corriente entre padres separados, lo cual es una real cagada, porque los hijos no deben ser envenenados en contra del otro padre, o usados como aliados en un divorcio. NUNCA)
Ella siempre fue una mujer con muchísimo carácter: Determinada, muy inteligente, pero con un pasado doloroso detrás, donde sus padres, tampoco la eligieron (al menos así lo vio ella). Era la mayor de 4 hermanos, única mujer, y mi abuela no estuvo a la altura de lo que mi mamá esperaba (siempre ponemos la vara muy alta cuando se trata de nuestros padres). Por ende, mi mamá creció con un rencor que ocultó muy en el fondo, contra su familia. A pesar de estar en el fondo, a través de los actos cotidianos de la vida como mamá, repetía algunas acciones con nosotras (tengo una hermana).

Admiraba a mi mamá, (¿cómo no vas a admirar a quien se abrió su camino en la vida, sola?) aunque no compartía su manera de ver las cosas: Ella pensaba que los hombres no valían mucho la pena, que siempre decepcionaban, y que mejor ser “yegua” con ellos, antes de que te caguen. Nunca estuve de acuerdo con todo esto, porque veía a mi papá, y no quería que NADIE, pero NADIE lo trate de esa manera, así como tampoco sentía que estaba bien hacerlo con cualquier ser humano.
Queramos o no, la manera en que nuestros padres se comportan en nuestra etapa de crecimiento nos afecta, nos marca, muchas veces, nos condiciona. Me di cuenta, que cuando empecé a relacionarme con chicos, en el fondo, tenía ese miedo de que me dejaran por otra persona desde el principio; ¿Si mi papá lo había hecho… Que me salvaba de que no me lo hiciesen de nuevo? ¡Imaginate el golpazo que fue, cuando me enteré que mi ex me estaba engañando con la compañera de trabajo! Volví a revivir todo ese dolor que sentí cuando era chiquita. Aunque fue ese dolor, que me hizo dar cuenta el miedo que yacía muy en el fondo. Todavía sigo trabajando en ese miedo, ya que muchas veces me doy cuenta que me condiciona cuando conozco a alguien, porque me cierro por miedo a que eso me vuelva a pasar. Es un trabajo constante que hay que hacer.

Por otro lado, mi mamá siempre tuvo expectativas muy altas para conmigo, casi imposibles. Al ver que yo seguía un camino muy diferente al que ella quería, que no me interesaba el dinero (pensaba que yo debería casarme con alguien que me mantuviera, o al menos me diera un pasar tranquilo), y que ENCIMA, yo, descarada del universo, creía en el AMOR, se frustró. Y cuando se frustró, no supo cómo manejarlo, entonces, comenzó a presionarme y hacerme sentir culpable por pensar de esa manera. Ahora entiendo, que solo estaba enojada (solo es un ser humano), porque los padres para nosotros (la mayoría, bah) quieren lo mejor, y cuando nos escapamos de su “control” les agarra el pánico y ya sabemos que el miedo, nunca es buen consejero.

Me independicé desde muy chica. Siempre me la rebusqué para salir adelante, y esa libertad adquirida antes de tiempo, me forjó de diferente manera.  Pasé muchísimas cosas sola, lo cual me hizo mucho más fuerte, y me dio una coraza para que el mundo no me pase por encima. Elegí bastante mal de chica mis relaciones, pero puedo decir,  con orgullo, que hubo hombres que me han amado mucho, y que hasta el día de hoy, me siguen amando, aunque la vida nos haya llevado por diferente camino. Ese tipo de relaciones que desarrollé (yo terminé esas relaciones, porque sentía el deseo de volar y seguir creciendo), hoy me hacen dar cuenta, que SI SOY suficientemente buena, aunque yo pensara que no, y que debo creerlo yo, antes que cualquiera, así como también que SI puedo inspirar amores que superen la barrera del tiempo. También tuve las malas: tipos malos, con los cuales me desgastaba por “salvarlos” para demostrarles que yo era “buena” y con los que terminé aprendiendo que si ocasiona sufrimiento, desgaste,  no vale la pena. Costó, pero creo que ya aprendí… en un 70% (ponele).

Todavía me cuesta sacudirme de esas cosas que se me fueron pegando cuando era chica. Todos venimos con mochilas pegadas a la espalda, y está bueno ser consciente de que nos limita para ser felices.
También me di cuenta, que la forma en que me críe, hoy me lleva a elegir cosas diferentes, o mejor dicho, a vivir cosas diferentes a lo que la sociedad establece. Muchas veces me encuentro diciendo esto:
“Tengo 30 y pico de años
No, no estoy casada.
No sé si quiero hijos
Si, me gusta mucho mi trabajo.
No, no tengo todo resuelto.
Si, disfruto de mi soltería.
Si, me muevo fuera de lo que la sociedad dicta.
Si, soy feliz.
No, no soy un bicho raro.”

No está mal vivir aquello que nos hace felices. ¿Por qué permitirías que te juzguen? ¿Qué extraños o conocidos, decidan que es lo que VOS necesitas para ser feliz? No, no. Es una decisión pura y exclusivamente tuya. A medida que vamos creciendo, nos vamos adaptando, sabemos que siempre estamos cambiando, porque lo más natural del mundo es cambiar, y tal vez, querer cosas que ayer no queríamos.
Nuestros padres pueden marcarnos, pero nosotros tenemos la gran fortaleza de modificar aquello que no nos hace bien. Llega un punto que ya es ridículo culparlos por lo malo que nos pasa. Podemos sacudirnos las viejas costumbres e iniciar nuevas, que sean completamente nuestras.

Empodérate. Viví. Hace tu felicidad. Trabaja en vos. Hace tus reglas. Disfrutá. Sé la mejor versión de vos que puedas ser. Deshace las valijas.  Si no lo haces vos… ¿Quien lo va hacer?

jueves, 2 de marzo de 2017

Desenlace?

Si hay algo que aprendí con esta historia, es que la vida tiene vueltas que pueden sorprendernos, aún cuando creemos que tenemos todo claro. Yo no sabía que podía sentir las cosas que siento por él. Jamás me lo imaginé, ni siquiera me hice la idea durante los 5 años que trabajamos uno al lado del otro.
Me sorprendí al ver lo cómoda que me sentía a su lado, lo mucho que me gustaba a pesar de no ser el tipo de hombre que llama mi atención. Tiene algo que me atrapa, que me atrae, que me dan ganas de estar con él sin interrupciones.

Como dije antes, si bien estaba completamente embobada con él, sabía, en algún punto que esta historia se podía truncar en cualquier momento. Teniendo en cuenta eso, me propuse disfrutarla hasta su inminente viaje, y dejar que el tiempo que íbamos a estar separados, el cual va a ser mucho, se encargue de borrar todos estos sentimientos que tenemos el uno por el otro, y que nuestra historia pase a ser un recuerdo.

Sin embargo, estos días, me encontré anhelando que el viaje no afecte en nada la historia, sino que haga, mediante la ausencia, un deseo mas fuerte de estar el uno con el otro. Al parecer, el deseo llegó tarde, y siento que maldecí un poco nuestra relación al desear por tanto tiempo, lo primero.

El viernes nos encontramos como lo habíamos planeado. Ambos estábamos muy ansiosos y con muchas ganas de tener ese encuentro, ya que nuestra piel pedía a casi gritos poder estar juntos, sentirnos y tener unas horas solo para nosotros. Lo primero que hicimos fue bañarnos juntos: tocarnos, sentirnos, reirnos, disfrutarnos. Luego dimos paso al deseo, y en un momento, nos quedamos abrazados, acariciándonos, y lo escuché decir: “Quiero quedarme así todo el día, podría quedarme así, siempre” Lo mismo que quería él, quería yo. Nos disfrutamos, nos besamos, dimos paso al deseo varias veces. Nos miramos profundamente a los ojos, nos besamos con una intensidad tal que parecía que nos íbamos a fundir el uno con el otro. Estabamos ahí, presentes, disfrutando, hasta que en un momento, empezamos hablar y a desnudar el alma.
Ambos reconocimos nuestros sentimientos, y él, por mala suerte, nuevamente me dijo sobre su situación, la complicación, los grandes problemas que podría acarrear blanquear lo nuestro. Ahí, me di cuenta que su miedo era mucho mas fuerte que lo que había entre nosotros. Nosotros significábamos un salto al vacío, para él, perder todo lo que había construido estos años, tal vez, perder hasta su propia hija. Para un hombre que está acostumbrado a desarrollar su vida en cuadrados, pedirle que se la juegue es lo mismo que un imposible.
Una gran angustia comenzó a formarse en mi estómago, y las lágrimas se me acumularon en los ojos; No quería llorar, pero sentía como dentro mío, el inminente adiós me estaba quebrando toda.

“Qué alternativa nos queda?” me dijo. La alternativa que nos quedaba, era muy obvia: la deseada no estaba en discusión, entonces solo nos quedaba terminar. El no lo decía, así que lo dije yo, y en el momento en que salió de mi boca, sentí que algo me estallaba dentro, y de golpe sentí angustia y dolor. Lo bese con la mayor devoción que pude, para quedarme con el recuerdo de sus besos, lo acaricie como regalándole todos mis sentimientos por él, le dije que lo quería y que disfruté mucho el poco tiempo que estuvimos.
Cuando comenzó a cambiarse, le dije que se fije que no se le haya quedado pegado algun envoltorio, y me contestó: “- Vos te me quedaste pegada”. Lo dijo casi sin pensarlo, y lo vi meditabundo, mirando al piso, pensando en vaya a saber qué.
No quería llorar frente a él, pero me costaba tanto mantenerme centrada. Me pidió que por favor no llores, y yo solo pensaba en que carajos el pensaba que me estaba pidiendo eso.

Nos abrazamos fuerte, tan fuerte que pensé que nos ibamos a fundir en ese abrazo. En un momento, en voz alta me pregunté: “Cómo vamos hacer los días que quedan... bueno, son tan solo 3 días antes de tu viaje” Y vi como mi razonamiento lo molestó. No se bien que fue lo que le molestó, pero decidí no preguntar.

Nos besamos, me acarició, y se fue. Apenas cerré la puerta, me deshice en llanto, y lloré tan fuerte, con tanto sentimiento, que me terminó doliendo la cabeza. Me pareció todo tan injusto: Tanto tiempo sin sentir estas cosas hermosas, sin conocer a alguien que pusiera mi vida al revés, y cuando lo hago, es un problema, casi un imposible. Ahí estaba, con tanto para darle, y sin poder hacerlo, que me terminé sintiendo vacía. Lloré y lloré por horas, dejando que el dolor viaje a través de las lágrimas, esperando poder sacarlo de mi sistema, pero no fue suficiente. Es mucho lo que siento por él, así que va a tardar en salirse por completo.

Empecé a escribir todo esto, como una forma de depurar, y mientras lo hice, y lo hago, sigo llorando. Maldiciendo que sea tan complicado, que nos hayamos encontrado tarde, y detestando que no tenga la valentía suficiente para jugarse.

Lo estaba eligiendo. Me di cuenta hace un tiempo, que lo estaba eligiendo. Sé que fue una decisión que había que tomar, pero no la festejo, porque dejé ir a quien me estaba haciendo feliz. Aún cuando se que fue la mejor decisión, es muy difícil entenderlo, cuando lo único que quiero es estar a su lado.
El tiempo pasa, todo lo sana, y el sufrimiento mengua. Pero decime vida, que es lo que querés de mi? Cuantas mas cosas tengo que pasar hasta que me des la chance? Esto, ahora, me parece mucho.
Le dije todo, le demostre todo, lo quise mucho, me brindé toda. Sin arrepentimientos y con todo el corazón, me entregué.

Actualización: "Te extrañé" comenzó diciendome, 5 días separados, nos pareció eternos. Comenzamos a charlar, y nos dimos cuenta, que ambos somos la felicidad del otro, que nos queremos en nuestras vidas, y que lo hay entre nosotros es mas fuerte de lo que pensábamos.
- "Cuál es la alternativa?"
- " No lo sé. Sinceramente, no lo sé. Se que no podemos planear nada, y que todos los días sucede algo nuevo. Hay dos alternativas fijas, y el resto son todas variables de esas dos fijas. Creo que pronto la alternativa se va hacer visible, mientras, yo solo sé que te quiero. Lo importante, ya lo tenemos"
- Escribí nuestra historia. Mejor dicho, parte de ella.
- Tenemos una historia muy linda... y eso que todavía no está todo dicho.

Un final abierto? Tal vez... Si el amor es verdadero... El amor triunfa? Habrá que ver cuanto hay de realidad, y cuanto de mito. Habrá que ver.

Gracias por pasar! Te espero nuevamente.