Podría decirse que los tiempos en cuales vivimos se
caracterizan por una sola cosa: Son rápidos y furiosos. La gente, es demasiado
volátil hoy en día, y los valores… Bueno… los valores dejaron de tener valor
(ja!) hoy en día.
No hay paciencia, ni tolerancia: las relaciones (de
cualquier índole) se han vuelto express, desechables, y lo que es peor: Se ha
perdido la costumbre de tratar cara a cara. Mucha gente, elige esconderse detrás
de una pantalla ya sea para conquistar, charlar, discutir, o dar
terminado algo. Coraje, lealtad, respeto, en persona: son palabras que se están volviendo
desconocidas en el léxico usual de hoy en día.
Ejemplo: muchas amistades hoy en día comienzan y mueren el ámbito virtual. Otras de la vida real, se ven sepultadas en la virtualidad, y muchas personas eligen el medio virtual, o desparecer de un día para el otro, para dar por terminada una relación. ¿Ante la colección de contactos, que importa un amigo real mas, o uno menos? ¿Si facebook nos acompaña, quien necesita de un amigo verdadero? Para que gastarnos en explicar, charlar, o generar oportunidades, si tenemos códigos binarios que nos acercan a otros contactos supuestamente mas acordes a nosotros. El filtro para encontrar gente se lleva a la vida real, y quienes son diferentes, y cometen el "error" de no estar a la altura de tus expectativas, tienden a morir desterrados sin posibilidad de vuelta.
Si Napoleón viviera en estos tiempos, su destierro consistiría en ser eliminado de la lista de amigos y ser crucificado en algún estado de facebook.
Si Napoleón viviera en estos tiempos, su destierro consistiría en ser eliminado de la lista de amigos y ser crucificado en algún estado de facebook.
Hablemos de meter la cabeza
dentro del router: Aquellas parejas que deciden tratar sus temas a
través de chats eterrrrrrrrrrrrrrrrnos de whatsapp, o Messenger, que cuando se
tienen frente a frente de lo único que hablan es de pavadas y dejan lo
importante para textearse, no aprendiendo JAMAS que lo escrito siempre se
malinterpreta, que una relación nace y muere en la realidad, porque lo
virtual queda en la nube… Y a las nubes, se la lleva el viento, o la falta de
pago.
Esta bendita costumbre de vivir y morir en la virtualidad.
Se pelean, se aman, se desechan… ¿Acaso ya las relaciones no tienen peso? ¿Cómo
una persona puede elegir la virtualidad para desenvolverse en la vida? Alguien que teme a vivir, la virtualidad le da justamente esto: Una
falsa ilusión de estar vivo. Al parecer la realidad duele, y estas personas
encuentran su placebo en la realidad no real de lo virtual.
He visto esto más de una vez; también he cometido el gran error
de usar las redes sociales para expresar un sentir: enojo, tristeza, un pensamiento profundo, alguna duda existencial, hasta que un día, me pregunté: ¿A quién le importa? Porque mi naturaleza todavía tiene vestigios de los 80 y
90’s: Si tengo un problema, prefiero decirlo cara a cara. Si tengo algo lindo,
también. Prefiero el abrazo y el beso real al emoticón, y me gusta la charla de
cafés eternos, en vez de los chats interminables que me han chocar más de una
columna o persona, y cuando no, irme de jeta al piso por no prestar atención por
donde iba.
Es casi adictivo esto de "vivir" en la virtualidad. Si tenés
algo que decirle a alguien, no utilices un estado: poné la cara. Hacete cargo.
Hablá con esa persona, dale la oportunidad de explicarse. Se discreto. A los
demás, no les interesa, ni les tiene que interesar el problema que tenes con
fulano o mengano. Whatsapp, Skype son buenas maneras de comunicarnos con
quienes están lejos, o para avisar algo a quienes están cerca, pero no deben
ser usados como reemplazo de una “relación”. Una amiga mía, tiene la condición
de que si querés saber cómo está, o en que anda, que la llames. No contesta
mensajes de esa índole. ¿Por qué? Porque prioriza el contacto humano. Me parece
más que genial.
Estoy de acuerdo que la virtualidad es un lugar cómodo. Pero
los lugares cómodos, nunca son de crecimiento, sino que lo contrario: de
estancamiento. Las amistades, relaciones de pareja, se han vuelto desechables,
porque hay tanto contacto disfrazado de “amigo”, tanto chongo atrás de un tinder o Hppn, que ya nadie se calienta por
cultivar o solucionar las relaciones reales que tienen.
Para cerrar: Vivir virtualmente, es la manera más solitaria
de vivir, y una manera que te lleva a perder la empatía por tu entorno. Sobre
todo, la manera en que te vas transformando en un ente. Es un arma de doble
filo, parece que soluciona, pero casi siempre empeora. Una relación no puede
ser charlada, vivida o arreglada desde un whatsapp o un messenger o un mail. Si tenes miedo de
enfrentar, de hacerte cargo, replanteate toda tu existencia, porque querido/a,
a lo que vos realmente, le tenes miedo es a crecer, a ser humano, a madurar… A
ser real, bah.
No hay comentarios:
Publicar un comentario