Intimidades de una cualquiera

lunes, 28 de noviembre de 2016

Me tocó un intenso, ¿Que hago?

La palabra intensa puede ser muy negativa, oh si, sr. Aprendí mucho sobre la intensidad con el muchacho que les expongo hoy. La línea, la que separa la intensidad buena, de la mala, es tan delgada, que un tropezón basta para convertirte en una pesadilla.

Mi pesadilla, duró tan solo 3 vistas, pero fue suficiente como para que huya sin mirar atrás. Fue el período mas corto, intenso y novelesco que tuve con alguien.

Bueno, no sé si es verdad, pero no recuerdo en este momento otro tipo así.

Ok, resulta que conozco a Intensidad en un cumpleaños. Pegamos onda a través de risas cómplices, en un santiamén. Mirada va, mirada viene establecimos una conexión. Lamentablemente esa noche tuve que irme mas temprano, por trabajo y ni siquiera pude despedirme de él.
No te preocupes eh? Al otro día me puse hacer mis deberes y no me dormí. Le hablé a un amigo que tenemos en común, y le pedí, “de onda”, que me haga “la onda” con Intenso. Me dijo: “De una!” y ahí quedó todo.

Unas semanas después, me cae solicitud de amistad de este muchacho en cuestión. Acepto y empezamos a charlar por messenger. Intenso, ni lento ni perezoso, luego de un ratito de charla, me invita a tomar una cerveza, esa misma noche. Eu, claramente dijo que si.

Salimos ese mismo día, y fuimos a tomar unas cervezas. La conversación fluía, y no faltaban las risas. Vieron que importante es cuando la situación fluye, ¿no? Es como que la situación es natural, y eso es todo, no me digan que no.

Juro que frente a frente, sentía como una corriente de energía que me daba unas ganas locas de prenderme a él. Y llegó el momento del beso: Caramba, como besaba ese muchacho. Y dijo una frase que se me quedó grabada a fuego: “ No hay gente que bese mal; Hay gente que se besa bien  y hay gente que no”.

Cuanta verdad en una frase.

Esa misma noche terminamos enredados, porque, la química era todo sras y sres. Todo era intenso (las señales eran claras): Los besos, la cama, todo, todo. Tanto, que Intenso en un momento atinó a querer quedarse todo el fin de semana.

-“Eh? No. What? No.” Pensé. En voz alta, di como excusa que tenía que hacer esto y aquello, y que de última nos veíamos la semana que viene.
Luego partió de mi casa, y los días siguientes, me escribía para encontrarnos. Intenso empezaba a escalar.

Salimos en una segunda cita. Cada vez se ponía mas y mas intenso. Tiró planes de viaje. Tiró ideas de las mil y un salidas que íbamos hacer juntos. 2 salida. Me gustan los proyectos, pero bajame un cambio. Empezó con confesiones, demasiadas verdades tal vez muy verdades para una segunda vez. Pero que lindo que besaba, que lindo que sexeaba.

Tremendo. Juro. Se me fritaba el cerebro si trataba de pensar en el momento que estaba con Intenso. Porque como dije: Todo era intenso.
Un día se enojó conmigo, y cuando digo un día, digo al otro día de la segunda vez que nos vimos. Se enojó porque olvidé algo que me preguntó, se lo negue, y el enojadísimo me dijo: 
-“Vos me dibujas la realidad”
-“No. Te juro que lo único que hice fue olvidarme la pregunta”

Y ese mismo día a la noche, me cae un mensaje que dice: “tenemos que hablar”. No habíamos ni llegado a la 3ra cita, y ya metimos un “tenemos que hablar”. Así no. Así,estábamos destinados a implotar.
Nos encontramos a la noche, y fui porque siempre tengo esa tendencia a querer hacerme la paciente, lo cual es al divino pedo, porque siempre me termino comiendo un garrón, cuando desobedezco a mi intuición.

Intenso llegó muy serio. Enseguida se puso hablarme del tema de la confianza, y lo importante que era tenerse confianza, que hay que sentar bases sólidas, y no se cuantas locuras mas salieron de su boca.
En ese momento, frené la charla y dije:  “Intenso, salimos dos veces. No me podés estar cagando de esta manera. Tenemos un sexo increíble, la pasábamos bien, por que me hiciste esto? Por que me la cagaste así? No podías esperar un poco mas, para ser vos?”

Hace falta que les diga que se enojó el triple? No. Yo creo que se deben imaginar.

Luego de esa INTENSA tarde, en nuestra cita n° 3, Intenso y yo, nos separamos. Nuestra breve, intensa, historia, pasará a recuerdos evaporables.

Lastimosamente para mí, me quedé sin el maravilloso sexo. Pero vieron como es esto: esta bien que si te gusta el durazno, te tenes que bancar la pelusa, pero yo me estaba bancando el quincho de silvio soldán de espeso que era este durazno.

Igual veamos el lado bueno: Garché de lo lindo. Una de cal y otra de arena. Al infinito y mas allá... O algo así.




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