“Duro es el
camino, y sé que no es fácil” Decía Patricia Sosa en una de sus canciones, y
tranquilamente este fragmento se puede usar para describir la vida de una
soltera, hoy. Siempre existieron baches en la camino, aunque es verdad que para
muchas, el mundo de las citas es un arte que tienen dominado bastante bien. No
es mi caso, por mala suerte, y si bien podemos atribuir el fracaso a algunos
factores personales, la verdad es que muchos factores externos hoy nos juegan
en contra.
Hemos
recurrido, bastantes veces, a culparnos a nosotras mismas por no dar con el
tipo indicado, o salir exitosas de esta guerra sin cuartel, que es congeniar
con alguien. En realidad, permitime corregirme: Congeniar, congenia cualquiera;
mantener la conexión es lo mas difícil de todo.
La
paciencia es cada vez menos, y la vagancia, cada vez mas. Ya casi nadie quiere
hacer el esfuerzo, y ante la mas mínima señal de quilombo, la gente se corre
(salvo que seas yo) sin ningún miramiento.
Conocer
gente por tinder, hppn o alguna aplicación del estilo, está bastante
complicado, como las últimas noticias nos demuestran. Ir a conocer a alguien,
del cual no tenés ninguna info, confiando en el universo, en la suerte y
angelitos guardianes, es una ruleta rusa, que cada vez menos mujeres queremos
jugar. Conocer gente face to face tiene sus peligros también, entonces; ¿qué
nos queda?
Desde hace
un tiempo, a hoy, no uso ninguna aplicación y la gente que he conocido, con la
cual he salido, me la han presentado, la conocí por trabajo, o en alguna salida
nocturna. Te lo pongo en estadísticas: cada 10 salidas, conoces a uno potable.
Con el resto, tenés que hacer el super esfuerzo de no decepcionarte, pero te
traen a la realidad lo duro que está el mercado para las solteras, y mas aún,
si ya pasaste la edad de los 30.
Pasada esta
edad, la mayoría ya están ocupados, o bien hay que remarla en dulce de leche.
Algunos son maduros, otros no abandonaron el pañal mental. Nos manejamos con
extremos, y eso dificulta mas las cosas.
Ejemplo:
Hace un tiempo, salimos Manu, yo y nuestra amiga casada: Carla. Carla lleva 10
años casada, tiene un hijo, está super establecida. Con sus problemas, claro,
pero establecida. Ella siempre nos da lecciones de vida, porque nos quiere ver
bien, en pareja, felices, y cuando le explicamos lo difícil que está el tema,
ella creía que exagerábamos, hasta que salió con nosotras.
Fuimos a un bar las 3. Nos sentamos, y al lado nuestro, había una mesa con 3 muchachos; todos bastante monos, y charlando animadamente. En eso, uno de ellos, comienza hablarme y a tratar de entrar en nuestra charla. Lo lograron. Respondimos súper simpáticas, Manu salió con sus geniales ocurrencias (es muy capa Manu, te reís o te reís), Carla hizo preguntas como para conocerlos, y yo picoteaba entre ambas conversaciones. Todo bien, pero duró 10 minutos: al rato, empezaron a mostrar la hilacha. Comenzaron a mostrarse impacientes, se pusieron un poco agresivos, tan solo porque al parecer, nosotras íbamos demasiado lento para el gusto de ellos y así, como fácil vino la atención, fácil se fue. De una manera tosca, torpe y bastante infantil, los muchachos, borraron de un plumerazo la primera impresión que había resultado buena.
Fuimos a un bar las 3. Nos sentamos, y al lado nuestro, había una mesa con 3 muchachos; todos bastante monos, y charlando animadamente. En eso, uno de ellos, comienza hablarme y a tratar de entrar en nuestra charla. Lo lograron. Respondimos súper simpáticas, Manu salió con sus geniales ocurrencias (es muy capa Manu, te reís o te reís), Carla hizo preguntas como para conocerlos, y yo picoteaba entre ambas conversaciones. Todo bien, pero duró 10 minutos: al rato, empezaron a mostrar la hilacha. Comenzaron a mostrarse impacientes, se pusieron un poco agresivos, tan solo porque al parecer, nosotras íbamos demasiado lento para el gusto de ellos y así, como fácil vino la atención, fácil se fue. De una manera tosca, torpe y bastante infantil, los muchachos, borraron de un plumerazo la primera impresión que había resultado buena.
Carla se
quedó de cara. Sus palabras: “no puedo creer el nivel de idiotez”. Esbocé una
sonrisa, mientras Manu decía: “Viste Carla que no te mentíamos???!” Creo que
Carla, esa noche se compadeció de nuestro via crucis a la hora de conocer
alguien potable. Es una misión imposible estilo Tom Cruise, una ruleta, un/a (inserte aquí cualquier frase que sea
sinónimo de complicado)
Aún cuando
conoces a alguien, no significa que vaya a ser un paseo por el prado: Fátima,
hace UN AÑO, si, UN AÑO, que está con un muchacho, se llevan bien, son
monógamos, pero el muchacho no quiere ser llamado novio, ni conocer a su
familia, ni nada que signifique que están en un compromiso.
Así que ya
lo ves: Cada vez que te sientas mal por estar soltera, recorda que somos muchas
las que estamos atravesando lo mismo que vos, sufrimos, maldecimos, revoleamos
los ojos, igual que vos. No se donde está la cura, o que hay que hacer, que
usar, que decir, para que salga bien. Hace tiempo que estoy en esta montaña
rusa, y todavía no encontré la manera de bajarme. “Catadoras de boludos” dice
Manu que terminamos siendo, lo cual, me resulta muy gracioso, y de cierta
manera triste. El arte de conocer y conectar con alguien no debería ser
difícil, pero hoy en día entra en la categoría de deporte extremo, con cierto
riesgos de ACV emocionales.
Esta
carrera no es para cualquiera, solo para las mas valientes, y tengo confianza,
que esta valentía, esta paciencia, esta perseverancia, será recompensada con
creces.
Creo,
ansío, espero, confío.
Cocki.
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