Intimidades de una cualquiera

martes, 26 de enero de 2016

La que espera... sexea

Dicen que si lo convocas, aparece. No. No hablo ni de Dios o el Diablo, aunque creo que, sin ofender a los católicos, está mucho mas cerca de Dios.

Después de mi eterno lamento boliviano por no coger, voy anunciar que he roto la racha, y lo más loco que fue? A hs de haber colgado el post anterior. No se preocupen, la persona no sabe de este blog ni sabrá, así que realmente fue cosa del destino.

Estaba en un bar con amigas, cuando me llega un mensajito de un morochon DI-VI-NO, que está más bueno que comer pollito con la mano, invitándome a que nos veamos. Por la hora, y el “tono” del mensaje, hasta la mina más boluda sabe para que la están contactando. Lejos de ponerme mal, no puedo explicar la alegría que entró en mí ser: Al fin, de una vez por todas, iba a coger. Con un hermosor de tipo, all night long.

No estaba para hacerme la difícil, ni mucho menos. La necesidad ganaba a todo. Luego de un rato de intercambiar mensajes, me despedí de mis amigas, y fui al encuentro.
Llegué, nos saludamos, charlamos 3 palabras, y en un momento, parados en su living, dijo: “Tengo calor” y se sacó la camisa. Sí. Muy Osvaldo Laport el momento, ¿pero me importó? Ni ahí. Le dije: “Si. Mucho calor”, y lo terminé de desvestir. ¿Muy porno soft vieron? Esta veta se la debo a I Sat, con su programación de medianoche.

Nos trenzamos en dos minutos. Cuando me quise dar cuenta, estábamos completamente desnudos. Hicimos “el amor” por cada rincón de su casa. Imposible el chico. Era una máquina. Living, dormitorio, baño, balcón, de nuevo living, el sillón, y cuando quise caer en la cuenta, estaba amaneciendo.

Así, entre pitos y tetas, volví al ruedo. De la mejor manera, y con un hermosor de hombre.
Luego de hs de estar dale que va, caímos rendidos en su cama. Nos dormimos profundamente, abrazados (por más que sea por interés, no quiere decir que no haya que ser cariñosos). Me desperté a las hs, me cambié, me despedí y me fui contenta y feliz hacia mi casa.

Es verdad cuando dicen se dará cuando deba darse, y realmente, teniendo en cuenta el bomboncito que me comí, valió la pena la espera. Difícilmente vuelva a verlo, ya que vive en el extranjero y estaba de visita (que onda yo con el afuera?) pero ni ahí que importa. Me llevo el mejor recuerdo de él: Horas y horas de sexo candente, salvaje, y recreativo… ponele.

Listo. Soy feliz de nuevo.

Cocki 

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