Intimidades de una cualquiera

miércoles, 29 de abril de 2015

Karma Reciclable

Si bien mi manera de ver las cosas, como pienso, como hablo, como me manejo, es la que ustedes leen aquí, tengo mis momentos en donde me meto para adentro y dejo de bromear con lo que sucede a mi alrededor, prestando atención a las cosas que estoy sintiendo.

Hoy, es un día de esos. 

Vine al bar donde vengo siempre cuando sufro de bloqueos. Soy de escribir en casa, pero este lugar tiene una magia especial. Es chiquito, acogedor,  tiene una pastelería deliciosa y el mejor café que he probado en mi vida. Tiene magia. La luz entra por las ventanas muy dulcemente, dando un encuadre perfecto a las mañanas, aún, cuando como hoy, la misma se había encaprichado en mimetizarse conmigo, estando gris, amenazando con llover.
Mientras desayunaba, miraba la hoja en blanco que se posicionaba burlona en maky (así se llamo a mi computadora. Costumbres). Miré por la ventana. El cielo estaba gris plomizo, y la lluvia estaba pronta a llegar. La humedad hacía que mis rulos tuvieran mas frizz que nunca y el olor a pronta lluvia se colaba por todos los rincones. Suspiré. No tenía ganas de escribir sobre mis citas,  o mejor dicho, no podía escribir, porque mi cabeza solo tenía un solo pensamiento: Mi ex. Recuerdos de lo vivido, lo bueno y lo malo. Una lágrima traicionera se escapó de mis ojos, alertándome que podía ser la primera de muchas.
Hay días que pienso en él. Me genera un cierto dolor recordar la forma tan fea en la cual terminamos. Literalmente yo lo odiaba y le deseaba lo peor, de lo peor. El me traicionó y sus últimas palabras ante mi ataque al enterarme del engaño perpetuado, fueron muy duras. Tantos años tratándonos bien, sin faltarnos el respeto, riendo juntos, desarrollando una complicidad, conocernos a tal punto donde no era necesario hablar, para terminar siendo dos completos desconocidos… Y ni tanto, porque un desconocido no genera tanta bronca como la que he llegado albergar en mi interior.
Durante el proceso de mi separación, mi queja constante, el dolor a flor a piel, escuchaba mucho la frase: “Ya las va a pagar” “Los buenos siempre triunfan, y el va a tener su merecido” “Vas a ver que la vida le va hacer lo mismo que el te hizo a vos”. Todos hablaban del Karma. Entonces, me empecé a preguntar, ¿qué es realmente el karma?  Según lo que leí, significa acción o energía trascendente que se deriva de los actos, palabras y pensamientos de las personas. O sea, que por cada acción que un individuo realice, habrá una reacción. Causa y Efecto. En resumen, todo lo bueno, o malo que hagamos en la vida, traerá consecuencias buenas o malas, en esta o en las vidas siguientes (si crees en la reencarnación), y muchas veces es llamada como justicia divina.

El significado quedó rebotando en mi gran cabeza. Me empecé a preguntar: “Si yo pasé esto con mi ex… Eso podría significar, que en algún momento, yo me porté mal con alguien.” Comencé hacer memoria y encontré la supuesta respuesta. Yo había dejado a un chico, para el cual yo era el amor de su vida, sin demasiada vuelta por el que ahora es mi ex. No lo engañé, pero de un día para el otro, a pesar de que veníamos mal, me fui sin decir adiós. Él me escribía y me llamaba, yo no daba ni bolilla, y tal vez, hubiese correspondido, o al menos hubiese sido lo decente, que yo me tomara mas tiempo para que el corte fuera limpio.
Hoy, ese chico me sigue teniendo aprecio, y hablamos muy de vez en cuando. No hay odio entre nosotros, ni siquiera supo desearme el mal. Pero creo que fue un mal actuar el de mi parte hacia con él. Tal vez, lo que pasé con mi ex, haya sido para experimentar, en carne propia, lo que se siente ser dejado sin atender los sentimientos del otro. Lección aprendida. Muy bien aprendida. No lo hago nunca mas, lo prometo.
He intentado miles de veces, tratar de tener pensamientos lindos hacia la persona de mi ex… No ha dado resultado. Hay días en los cuales me olvido completamente de su existencia, otros, en los cuales me sulfuro al recordar su actuar, y el mío (lo que sucedió, de alguna manera, yo se lo permití). En esos días, mi ego vuelve a resquebrajarse un poco, y ya sabemos que lo que mas le cuesta a una persona, es unir nuevamente un ego roto… Un ego y un corazón roto no es una combinación agradable de experimentar. Ni sencilla de superar.
En esos días,  hago un recuento de todo lo que podría haber hecho diferente, lo que podría haber dicho, y me doy cuenta de algo: El rencor que guardo hacia su persona. Un rencor, que solo se apaciguaría (me conozco) si me entero que la ley del karma entró en acción con él. Pero he aquí el círculo vicioso, porque si yo deseo eso, de alguna manera, mas que justicia, estoy deseando el mal, y si deseo el mal, el mal volverá como un boomerang. No lo necesito, ya sufrí en demasiada, y no quiero mas.
Aparte, contener tanta negatividad, genera un cansancio extremo, un pozo oscuro donde te hundís, o sea, te perjudicas sola. Reciclas el Karma. Lo volves a usar en vos. No tiene sentido.

Masoquismo, no.

No sé que sucedería si me lo volviese a encontrar hoy en día. No tengo la más pálida idea de cómo reaccionaría. Algo tengo en claro: No quisiera verlo. Ni siquiera oírle la voz. La sola idea me resulta insoportable. Si eso sucediera, se me re abrirían muchas heridas. Aparte de que lo desconozco. A pesar de los años que estuve, lo desconozco por completo, y nuestra historia ha quedado como una especie de borrador que nunca tuvo una forma definitiva.
Durante mucho tiempo no soportaba saberlo feliz, mientras yo sufría… Claro, me ponía en el lugar cómodo de víctima. ¿Y eso que hace  por mí? Nada. Amargarme. Convertirme en quejosa, robarme luz, continuar metiendo el dedo en la llaga. Me desgasta. No merezco hacerme eso.
Decidí no desearle nada. Permitirme el hecho de no poder perdonarlo todavía. Aceptar el dolor que me genera la forma en que terminamos. Contemplar de manera tranquila el vacío que queda después de que el amor deja de existir entre dos. Aprender a construir cosas nuevas en ese vacío, que no deja de ser un nuevo lugar disponible. Entender que el karma está en constante movimiento, que se recicla a si mismo todo el tiempo, y es una fuerza independiente, que elige EL MOMENTO y EL LUGAR para actuar. Nada puede ser forzado. La justicia no se toma en las propias manos.  Te termina estallando en la cara, si te la das de justiciero.
Lo mejor que puedo hacer, es seguir adelante con mi vida, hacer lo mejor, y mas todavía,  para que el karma que se recicla en mi espacio sea benevolente,  traiga fortuna, y me de la mano que necesito para que el olvido erosione definitivamente las cicatrices que han quedado. 
¿Él? Que se ocupe de si mismo. Ya no tenemos nada que ver. Compartimos la misma ciudad, pero nada mas que eso.  Así tuvo que ser. Nuestro aprendizaje mutuo cumplió su ciclo. Vaya a saber que hará el karma con él. No es, ni debe ser de mi interés ya, porque como dije, ya nada tenemos que ver el uno con el otro.
Al final, terminé escribiendo muchisimo. No sé si tendrá sentido, realmente he puesto todo aquello que se cruzó por mi mente, sin filtro alguno. La lluvia está empezando a caer implacable. En estos días así, a algunos les duele las articulaciones, otros sufren diferentes malestares musculares… En mi caso, la lluvia me ocasiona una sola cosa: Desarma la armadura, y me deja vulnerable.

El cielo no para de rugir.  Hoy, mientras las gotas caen sin cesar, yo me permito sentir, sentir para aprender, aprender para aplicar, aplicar para construir... mi felicidad.


Cocki Sarli.

PD: ¿Vieron? No soy solo un alma sarcástica, también tengo sentimientos ;)

lunes, 27 de abril de 2015

Los bananas no van al cielo... y a la cama tampoco.

Corría un hermoso Domingo de verano, de esos en los cuales, quedarse adentro, constituye algo parecido a ganarse el premio a la mas grande Salame. Como le vengo esquivando a troche y moche a ese premio, la llamé a Carola para que vayamos a pasear por el hermoso barrio de Palermo.
Nos encontramos en la zona de bares que está en plaza armenia, y elegimos uno que es onda Fiftys, muy paqueto, muy lindo, muy nosotras: Vintage.
Carola tiene dos adicciones: la soltería y las citas. Tiene PAVOR al compromiso, y desde que la conozco, el novio que mas le duró fue un año. Según sus palabras, boya así porque todavía no apareció el indicado. A decir verdad, es como que tampoco les da demasiadas oportunidades.
Ella es feliz así, por ende, nosotras somos felices con ella.

Mientras degustábamos un riquísimo smoothie de arándanos, me contaba de su última conquista. Un tipo que bailaba tango, que había conocido no sé donde, y que le EN-CAN-TA-BA. Ella me contaba, yo hacía la plancha con mi smoothie, mirando la gente pasar, hasta que una frase me saca de mi estado pancho: 

- ¡Ay Cocki! ¡Deberíamos hacer una cita doble!  Nuevo Pibe me contó que tiene un amigo, que baila tango en el mismo lugar que él, que es re buena onda, y lo mejor es que está soltero. Vos estás soltera, es una gran oportunidad.

La miro fijo. Me hablaba del Tanguero como si fuera el premio gordo del quini 6. Ni siquiera lo conocía. ¿Podía culparla? No. Es mas, me resultaba tierna. Ella me quería ver feliz.

- No sé Caro, sabes lo que pienso de que me presenten gente. (Mientras ella insistía, yo meditaba los pro y los contra… ) Bueno, ¿Sabés  qué? Dale. Total, ¿Qué es lo peor que puede pasar?

(Lo estaba por averiguar...)

- ¡Qué bueno Cocki! Ya me pongo en campaña de armar algo.

Nos encontramos al sábado siguiente los 4, nuevamente en palermo, en un famoso restaurant hindú.

Fuimos rompiendo el hielo de a poco con charlas muy banales. Hasta que en un momento, Caro se quedó charlando con su chico, y yo con tanguero. A continuación, transcribo la charla tal cual (gracias al cielo por los grabadores del celular):

Tanguero: - Después de acá, podríamos ir para mi casa. Vos me enseñas a escribir poemas, y yo te cambio la lección por una clase de tango.
Yo: - Perdoname, pero no voy a casa de gente que no conozco, mas en los tiempos que corren. Tampoco me gusta el tango, Es un baldazo de agua fría, lo sé. Pero así son las cosas.

(No sé por qué, pero su tono de voz, y la manera en que me encaró, hizo que le tomara idea desde el primer segundo que emitió un sonido)

T: - Y si, super mala onda, que se super entiende. Con respecto al tango, no tiene porque gustarte, la propuesta fue para poder verte de una manera fuera a la tradicional. Por otro lado, el tema de que no vas a la casa de gente que no conoces, por mas que sea por los tiempos que corren, te cuento que viniendo a mi casa estas mucho mas segura, que yendo a un lugar público, por el hecho de que sabes donde venís, que sabes donde vivo, y si tu miedo es que yo sea un loco o que te haga algo, en mi casa el riesgo lo corro yo que traigo a una desconocida. En la calle, nadie sabe con quien estás, te agarran en la calle y ¿quien te salva?

Lo miraba pasmada. ¿Realmente creía lo que decía? 

Yo: - Lo que vos digas de cómo sos, no me brinda seguridad de nada. Puedo saber donde vivís, pero de que me serviría tener conocimiento de eso, ¿si estando en tu casa, me terminas matando? ¿Qué, te voy a mandar la citación a juicio desde el mas allá? 2) En un lugar público si bien puede pasar algo, se corre muchísimo menos riesgo que estando en la casa de un completo desconocido, porque difícilmente te animes, a matarme, violarme, o hacerme vudú , en medio de un bar lleno de gente. O sea, tu explicación carece de sustento, y suena un poco desesperada. Perdóname que te lo diga. No voy a cambiar de opinión.
T:  Entiendo todo linda. No pensamos igual. Pero sabes, que siempre hay una primera vez para hacer las cosas, Te propongo si te dan ganas, de cambiar tu manera de pensar. Se que me vas a decir que no, pero te estoy jodiendo.  Entonces no sé que onda. 
Y: Dudo que me estés jodiendo. Lo decís en serio, y eso me preocupa. Podemos ir a un bar, a comer algo o alimentar palomas en el congreso. La onda es conocerse. Después vemos. Y tenés razón. No voy a cambiar mi manera de pensar.
T: Se puede ir a tomar algo y charlar, como hacen la mayoría de los seres humanos. En cambio en una casa se puede charlar, bailar, si no hay onda, se puede ver una película, onda que no hay que charlar, se puede hacer cosas románticas, de amor, se pueden hacer millones de cosas, estamos en un lugar íntimo los dos, en cambio en un lugar público, solo podes charlar, no tenés muchas opciones.
Y: ¿Qué, y vos no sos humano? ¿Realmente pensas que con ese discurso alguien puede cambiar de opinión?  ¿Cuál es la obsesión por que vaya a tu casa? Voy a pensar que me querés hacer estofado en serio. Para mí, estas acostumbrado a que las chicas que no corren, vuelan. Bueno, te recuerdo que en la carrera de la tortuga contra la liebre, ganó la tortuga, y prefiero ser tortuga, antes que liebre asada.

Carola me miraba de reojo. Se ve que mi cara ya se estaba transformando. 

T: Bueno, mirá, 3 cosas, en mi defensa, o en mi ataque, como lo quieras llamar: 1) Se que los hombres, no se qué no se qué, no me metas en la misma bolsa,  porque cada hombre es distinto, 2) Cuando conozcas mi historia de vida, tal vez entiendas, el por qué de lo que te propongo, que en realidad es vivir el presente, y no es que corro o vuelo, sino que disfruto el momento, porque no sé lo que va a pasar mañana. 3) Ya ni me acuerdo lo que te iba a decir, alguna mentira,  o algo sin importancia.
Y: ¿Alguna mentira? Jajajajaja Bueno, al menos reconocés que sos mentiroso. Más a mi favor. Querés que conozca tu historia de vida, ahora me la podés contar.
T: No, prefiero contartela en la intimidad.
Y: De verdad, no te estas ayudando. Ya me estas pareciendo Hannibal Lecter. Y también me gusta disfrutar, por eso me cuido de ir a casa de gente que tiene vetas de persona poco confiable.
T: ¿ Qué es lo que usted busca en la vida?
Y: Primero que nada, mantenerme viva. Después, busco un caballero, alguien buena onda. No estoy buscando novio, ni cama express. Sino, conocer y despues ver que onda. Sin confianza no se construye nada, ni siquiera un amorío.  Sin confianza, no muevo ni un pelo.
T: Ok. Si, eso quedó claro. 
Y: Que bueno, porque pareciera que no lo entendés.
T: Yo soy distinto. Yo te conozco, y al segundo tengo mucha confianza. Soy super confianzudo, A medida que te voy conociendo, te voy queriendo mas o menos, pero bueno, te quiero de una, y a medida que te voy conociendo, sumo o resto querer. Busco vivir el momento, y fluir, porque me doy cuenta que el futuro lamentablemente no existe, no se que va a pasar mañana, por eso quiero disfrutar, vivo el momento y me gusta vivirlo.
Y: ¿Querés de una? ¿Qué sos, la madre teresa de calcuta? ¿No hay futuro? ¿VES?! Tenés discurso de homicida, me estás dando miedo. 

Sí, ya lo tomaba para la chacota.  Era un banana, y realmente mi paciencia se estaba consumiendo a pasos agigantados. Lo que quiero a mis amigas. La miré a Carola con una mezcla de odio y miedo, que hasta el día de hoy, cuando lo recordamos, estallamos en risa. Hasta el amigo de él, lo miraba sin poder dar crédito a lo que nuestros pobres oídos estaban escuchando. 

T: No escuchaste el dicho: “Es demasiado rico, para tomarlo despacio”. Ponele que me empezas a conocer,  te gusto, te empezas a encariñar, y después ponele, curtimos, y no sé, no nos gusta, la cama, no tenemos piel, es un garrón, porque ya empieza a existir un cariño a nivel persona. En cambio, para conocer a una persona, para que te guste, para mi tiene que entrar todo de una, en el sentido de que si estamos íntimamente bien, ahí ya me dan ganas de conocerte, te dan ganas de todo el resto, si no, no va.
Y: ¿Ah si? Y bueno, puede fallar dijo Tu Sam. Mirá, sin mas vueltas. No voy a cambiar de opinión, y menos que menos, me voy acostar con vos, mas después de este discurso carente de lógica y de digno del "Silencio de los Inocentes". No te conozco, realmente no me dieron ganas de hacerlo. Me diste ganas de salir corriendo por mi vida.
T: Linda, esta todo mas que bien, me encanta la gente que va de frente, pero lamentablemente estamos en diferentes búsquedas, o mejor dicho en distintos tiempos, porque a mi me gusta intimar de una, y despues conocer, y por lo visto somos al revés y no se si va a funcionar esto.
Y: ¿Tenés dudas de que no va a funcionar, a esta altura? Me pregunto que te habrá dado la pauta. Lo bueno, es que voy a seguir respirando. (Sonrío... para no llorar)

Me empiezo a parar (ya habiamos terminado de cenar), y agarrar mis cosas.  Me despido de Caro y su cita, y cuando lo saludo a él, me dice:
T: Una lástima de verdad, porque me pareces un bomboncito zarpado, pero bueno, que lástima, te dejo un besito preciosa, que tengas una feliz noche.
Y: Realmente, sos digno de olvido. Me prendiste fuego el cerebro... Por vos, esta noche se me suicidaron cientos de neuronas. 

Me fui con una mezcla de espanto y asombro. Mientras espera para tomar el taxi, y repasaba lo sucedido, todavía sin poder creerlo, pensé: ¿Será algo en el agua? ¿Me habré perdido de algo?. No sabía que me iba a resultar mas difícil: Si encontrar una persona normal, piola, o escalar el Tibet en ojotas.

No sé, diganme ustedes. Yo todavía me encuentro juntando los pedacitos de mi cerebro descuartizado,  desde aquella noche.


Cocki Sarli.








viernes, 24 de abril de 2015

Tengo 20 y tantos disfrazados de 30 y tantos

Algunas personas dicen que los 30 son los nuevos 20. Otras, siguen las tradiciones de la vieja usanza, y te miran mal si a los 30 seguís soltera y  dando vueltas como borracho en calesita de preescolar.
Cuando era una adolescente, recuerdo que charlaba con mi mejor amiga Daniela, de que ibamos a estar haciendo a los 30. Yo me imaginaba casada, con un hijo, siendo una profesional super exitosa, viviendo en una casa con un jardín enorme y muchos perros.

Hola. Tengo 30, no estoy casada, no me imagino siendo madre, tengo un muy buen trabajo, vivo en un dpto con patio y tengo un solo perro… Sin novio.
Debo reconocer, que al recordar esa época donde construía mis sueños en nubes de ilusiones, estaba casi segura que las cosas se iban a ir dando tal como me lo imaginaba.
Antes de separarme, estaba pensando en sentar cabeza… me gustaba la idea, pero al mismo tiempo me aterrorizaba. Sentía que de alguna manera iba a perder libertad, una libertad a la cual estaba acostumbrada: Hacer lo quisiera, siempre teniendo la opción de irme sin mayores dramas… Atada, pero no. Estaba como la gata flora, quería, pero no. Claro que a él, solo le decía que quería, de esa manera también intentaba convencerme yo. Hoy, al analizarlo, me doy cuenta que tan preparada no estaba.
Otra cosa era el tema de los chicos. A medida que fui creciendo, me di cuenta que no tengo ese dispositivo que hace surgir el instinto maternal. No soy de ver un bebé y morirme de la ternura. Por esta razón, muchas veces me han acusado de que no me gustan los bebés, y la verdad es, que es totalmente falso: No es que no me gustan, no me van ni me vienen. ¿Suena feo lo que digo? Puede ser. Por ejemplo, el hijo de mi amiga Gabi, con tan solo dos añitos, me encanta. Es muy piola, tranquilo. Entonces me gusta que esté presente cuando nos juntamos. Pero no le estoy encima, ni le hablo con voz de teletubbie drogado. No digo babau, ni uso palabras de disney kids, porque no las conozco. Pero tenemos onda, y a nuestra manera nos entendemos. Es lo que importa, ¿no? Bueno, no todos entienden eso. 
Muchas mujeres de mi edad ya son madres. He intentan convencerte, hasta te sobornan de alguna manera para que vos también te unas al club. Algunas llegan a ponerse insoportables, no entendiendo que no te sentís preparada… Ojo si le decís que no sabes si querés. Chau, ahí se viene el sermón de casi dos horas de las maravillas de ser mamá. Y de como te vas arrepentir si no lo sos.
Estoy casi segura, que si yo les hubiese mostrado un video crudo de un parto natural, de esos biennnnnnn reales, todavía lo estarían pensando. Pero en el fondo soy buena, y a ningún ser humano se le debería hacer eso. 
Siempre contesto, como disco rayado, lo mismo: “Estoy segura (?) de que debe ser maravilloso. Pero por el momento, no está en mis planes” Ahora que estoy soltera, al discurso de siempre se han sumado unas hermosas frases: 
“Se te pasa el tiempo, y no vuelve. Mirá que cuanto mas grande sos mas peligroso es. La mujer es la única que pierde. El hombre puede ser padre cuando quiere”
“Se te van a vencer los óvulos” (ufff... que dura esta frase)
“Tu hijo, en este momento esta dando vueltas en el limbo, si no te apurás, se va a quedar ahí, siendo un alma errante” (si, me lo dijeron de verdad… Hablando de presión... pobre espíritu bebé, vagando por mi culpa)
“Si te ponés demasiado vieja no vas a poder disfrutarlo”

Hablando de dramatismo extremo

La verdad es, que recuerdo mis 20 y a medida que va pasando el tiempo, me veo y me voy sintiendo mucho mejor. Me siento estilo Cocoon... En vez de estar envejenciendo, siento que estoy rejuveneciendo.
Reconozco que la soltería me está sentando bien. Porque cuando estas de novia tendes a achancharte como dije antes. Muchas nos convertimos en Miss Piggy, porque al parecer, la felicidad engorda un poco.

Pero este beneficio, a veces te convierte en enemiga potencial, por ejemplo para las esposas o novias de tus amigos varones. Ahora sos un "peligro". Sos la soltera. Sos la descocada que puede robarle a sus maridos o novios.
Sras, Srtas si antes no toqué a sus maridos ni con punteros láser, ni chorro de soda, es porque ni antes, ni ahora me interesan. Que esté soltera, no me convierte en depredadora. Sigo siendo la misma que cuando estaba de novia, solo que ahora bailo sola.


Este "miedo" lleva a muchas a discriminarte. No lo hacen con maldad, simplemente sucede. Ya no estás en su onda, no entendes, y ellas no te entienden a vos. Mientras ellas hablan de pañales, vos estas hablando del nuevo boliche que conociste y de lo rico que estaba el mojito que tomaste la otra noche. Es ahí cuando se sucede la siguiente secuencia: Te miran, tuercen un poquito la cabeza, hacen un chasquido con la boca y dicen: "No sé como haces para bancar las salidas. No me imagino volviendo a las pistas a esta edad"

¿Esta edad? ¿Que tenemos? ¿60? Hasta la gente de 60 sigue rockeando. Pero muchas veces, eso marca que ellas están allá, y vos estás acá... Viviendo nuevamente una especie de adolescencia.

Que, dejame comentarte, que no es que caí acá porque quise... Digamos que me empujaron un poquito. Cuando estas en el baile, no te queda otra que bailar. 

Eso sucede en esta etapa de la vida. Con la gente de tu misma edad, que ha sentado cabeza, se crea una brecha generacional. Estamos en diferentes sintonías, vibramos en otro nivel. Ellas viven de día, y vos vivís de noche. Mientras ellas corren con la mamadera, vos corres a la farmacia a buscar el falgos que te va a sacar la resaca que te dejo de recuerdo un sábado a la noche inolvidable. Ambas formas de vida, están perfectas, pero son tan diferentes que dificilmente puedan complementarse. Mientras tu amiga mamá quiere hacer planes mientras el sol brilla, vos dormis como una morsa, porque te acostaste a las 7 de la mañana y tus horarios están dados vuelta.

Su tarde, es tu madrugada, y su noche, es tu tarde. Desencuentro total, por mala suerte. 

Lo bueno, es que con un poco de esfuerzo, y negociando, a veces podes congraciarte, y es ahí cuando nace un punto en común: La tardecita. 

No me imaginaba estar pasando nuevamente por mis 20 a mis 30. Creo que la adolescente Cocki se debe estar preguntando cuando nos desviamos tanto del camino que habíamos trazado. 

Querida Cocki adolescente... Una planea, pero la vida dispone. Contra eso no podemos hacer nada. Lamento haberte frustrado los planes chiquitina.


Volver arrancar no es fácil. Quiera o no, la presión, de decidirme, y una vez decidida actuar en consecuencia, la siento. Externa e interna. Sin embargo, viendo y considerando lo difícil que está el mercado, he decidido, no sucumbir ante la presión y respetar los tiempos. Aparte el tiempo es sabio, y sé que será lo que deba ser. Y si mis huevitos se vencen, y me dan ganas de ser madre, adoptaré. Soy de la idea que una madre no es solo aquella que lleva un hijo en su vientre durante 9 meses.
Mientras dejare que mi duda vaya encontrando sola el camino para resolverse. Saldré, conoceré gente, me divertiré, compraré falgos de sobra, viajaré y quien dice, tal vez me enamore nuevamente y siente cabeza.

Una nunca sabe. Mejor, vivamos. Let it be, let it be, let it be. 


Cocki Sarli

miércoles, 22 de abril de 2015

El Viudo.

Rompamos el hielo: Salí con un viudo. Sí, así como lees. Salí con alguien que había enviudado hacía tan sólo tres meses, pero en mi defensa, al momento de salir, no sabía que era tan poco el período de luto pasado. Creo, que en mi TOP five de citas bizarras, esta va cabeza a cabeza con el que se la pasaba guiñando el ojo, y la cual me hizo creer que de golpe, mi vida me había dejado de pertenecer para ser la nueva película de Woody Allen.

Era el contacto, de un contacto, de otro contacto de mi Facebook. Me pidió solicitud de amistad. Como corresponde, hice una investigación superficial de sus fotos de perfil (las que se permitían ver) y muro. Leí un par de estados que me parecieron originales, y le di aceptar. Durante un tiempo, el me tuvo ahí, y yo a lo tuve allá. No interactuaba casi con él, hasta que un día recibo un privado de su parte. Empezamos a charlar, me di cuenta que teníamos cosas en común, y así, casi sin darme cuenta, me la pasaba el día entero chateando con él.
Un día quedamos en ir a tomar algo. Me pasó a buscar, super puntual. Casi me caigo de upite. Desde el primer momento, mucha buena onda, mucha risa, muchas cosas en común. Como les explico la ilusión que tenía, al pensar que mi mala racha de citas se había terminado. Claro, no entraba en mi misma de la alegría.

Que ilusa fui. Pucha.

Mientras disfrutábamos de un rico trago, me comenta, muy superficialmente, que era viudo. No me dice ni hace cuanto, ni el por qué. Me pareció de mal gusto preguntar, aparte venía todo tan bien, parecía todo “tan normal” que no quería arruinarlo con preguntas que hace la gente normal. No, no, estaba pasando un momento fantástico e iba hacer todo lo posible para que así se mantuviera. 
Salimos un par de veces mas, siempre pasándola bomba.  No se los voy a negar, el me gustaba mas que el helado de chocolate con limón. Nos habíamos visto una cantidad de veces considerablemente correcta, cuando el me invita a cenar a su casa. La que escribe, con una regresión a la adolescencia rebelde way, acepta toda emocionada. La llamo a Bea mas rápido que un bombero, y le cuento con mucho entusiasmo lo que había sucedido. Bea tenía preparado el alfiler, mi globo se había inflado demasiado:

- Cocki, es viudo. ¿Cuanto hace que es viudo?
- (…) No le pregunté.
- ¿Cómo que no? ¡Pero Cocki! Es lo primero que tendrías que haber preguntado. ¿Qué le pasó a la mina?
- Tampoco pregunté.
- No te puedo creer Cocki. Lo mas importante y vos que no averiguas. Mirá si la mató. Mirá si enviudó ayer, mirá si está loco. ¡Tendrías que haber preguntado!
- Bea, vos no entendes nada. 
- No Cocki. Acá la descerebrada sos vos.

Bueno, tiene razón. Bea, tenías razón.

Llegó el día de la cena. Viudo me pasa a buscar nuevamente, un caballero, y yo fui hacia el auto como Heidi corriendo por el campo. Estaba hecha una tarada, sras y sres. ¿Pueden culparme? Después de tanta cita chota, al fin estaba teniendo una copada, con alguien que me gustaba y que todo pintaba re lindo, muy cutie cutie.

Llegamos a su casa, nos pusimos a cocinar juntos (Awwwwwww!!!!) Charlamos, reímos, nos besamos… Ah, si yo les dijera la química, el fuego que había entre nos. Prendíamos fuego el edificio. Una cosa fuera de este mundo. No quería que sus labios dejaran de besarme, yo no quería dejar de besarlo, acariciarlo, reirme, todo junto. Estaba embobadísima.

La noche transcurría de las mil maravillas. Comimos rico, entre charla, bocado, sorbo de vino, nos besábamos, y a esa altura de la noche, ya estabamos los dos en llamas. Si, voy a reconocer que estaba en las nubes. Iba a tener un descanso entre tanto tarado, desde mi ex, hasta ese momento. 
En un momento de la noche, le pido pasar al baño. Me da un beso super amoroso y me deja ir.

Entro al baño, prendo la luz, y ¡PUM! Ahí estaba la finada. No en presencia, claro, sino ya estaría presa de un ataque de pánico,  sino en esencia. El shampoo y crema enguaje de ella, su polvo decolorante, su secador, el algodón, el desmaquillante, todos sus artículos de mujer, como si ella todavía estuviese ahí. Me quedé helada. Por la forma que estaban ubicadas las cosas, nunca habían sido acomodadas, es decir, que él las había dejado de la misma manera que ella las dejó la última vez que las usó.

Salí del baño blanca como una sábana, pensando: “Si así está el baño… entonces… la pieza…” Ni me animé a entrar a revisar. A esa altura, ya tenía miedo que el espectro de quien fue ama y sra de ese depto me saque a patadas limpias en el upite. Al fin de cuentas, por el estado de las cosas, claramente, la invasora era yo. Ay, me acordé de la novela la usurpadora (googlen. Novelón)

Vuelvo al comedor. Me siento. El me toma de la mano:

- ¿Qué pasa Cocki?
- Decime, viudo, ¿cuanto hace que murió tu mujer?
- 3 meses
- 3 MESESSSSSSS?????!!!!!!!! Nada mas????!!!!
- Si, re poco tiempo. Parece mentira. Sin ir mas lejos, hoy tuve que ir a terminar de firmar los papeles al cementerio.

Se me cayó la mandíbula. No podía creer lo que escuchaba. Literalmente, el cadáver no estaba ni siquiera frío. Imaginaba la gastada que me iba a pegar Bea cuando le contara. Pero lo que era peor: Mi ilusión se hizo trizas. Otro bizarro mas para la colección. El viudo mas rápido del oeste. ¿Quién vuelve tan rápido al mercado de los solteros, después de semejante cosa? Eso me hizo dar cuenta de algo: Sus patitos estaban todos chanfleados. Si había algo inteligente por hacer era irme, para nunca mas volver. 
Le dije que me iba, me pidió por favor que me quedara a dormir. Me abrazaba, me besaba y yo que quería llorar… De la mala suerte que estaba teniendo. No me había meado un elefante. Me había meado una manada de tiranosaurios rex, o bien mi ex me había hecho un gualicho para que nunca mas yo pudiera “hacer el amor” (si, soy fina ante todo) que no fuera él. Les juro que ya no sabía que pensar. NO quería pensar. Quería llorar, putear, e irme al congo bongo a ver si mi suerte, al menos cambiaba unos 20°. Con eso me conformaba.

Mientras contenía las lágrimas de frustración, lo convencí de que me tenía que ir. El, me trajo hasta mi casa. Cuando nos despedimos, les juro, que me despedí de una manera tan novelesca, que el viudo todavía se debe pensar que me falla.

O sea, la mala impresión la terminé dando yo. Una "winner" total. Pero me despedí así, porque me despedía de mi ilusión de tener una noche re linda, con alguien que me re gustaba, y que teníamos la re química… Todo Re Re y terminó siendo la RE cagada.

Entré a mi casa en completo silencio, caminando lento, como vencida, empecé a prepararme para irme a dormir. Mientras me sacaba el maquillaje, pensaba que clase de karma estaría pagando que me estaba encontrando con estos aliens sacados de Mars Attack. No hubo respuesta. Me empecé a preguntar como podía sacarme la mala suerte, mientras me metía en la cama… Se me ocurrió una brillante idea: Al día siguiente me iba a inmolar en palo santo, hacerme bendecir por un chaman, y bañarme con leche de cabra como hacía michael jackson. Algo de todo eso DEBÍA funcionar. Bah, que se yo. No entiendo nada.

R.I.P. mi ilusión.


Cocki Sarli.

lunes, 20 de abril de 2015

Dejar de ser, para volver a SER.

Después de estar congelada por un tiempo,  un día decidí salir de mi estado vegetativo. Me levanté, decidida, a salir nuevamente a la vida. Soy una mujer exagerada, a tal punto que llevo todas las situaciones al extremo: si me siento miserable, soy MISERABLE, si estoy feliz, SOY FELIZ, así con todos los sentimientos. No existen grises para mí, me parecen un lugar de la vida, donde solo van los cobardes que no quieren tomar decisiones. Como les expliqué, soy exagerada, hasta en mis máximas.

Ya había pasado una semana desde que me había separado. Yo estaba al estilo Marta Sanchez: Desesperada. Amargadisima, hinchada los ovarios, con bronca, con ganas de volarlo en mil pedazos, desorientada, todo junto. 
Pero justamente, ese día, decidí que era hora de dejar de ser un zombie de The walking dead y volver a la vida, pensando, que las cosas se iban a ir acomodando naturalmente, porque como sé, y como ustedes saben, nadie se murió de amor.
Bueno, salvo que cuentes a Romeo y Julieta. Pero eso fue un error de cálculos, pobres. 

Salí de mi probeta, me sacudí el polvo, y decidí que era hora de peinarme: Mi melena ya parecía sufrir de rabia. No sabía si peinarla o ponerla a dormir... El horror. Pasé por un espejo y ahí me quedé: Mirando a ese extraño ser que se reflejaba en él. No era Cocki... Era una cosa, sacada de una película de terror de los 80's. Alien, al lado mío, era Sharon Stone. "¿Quién carajo sos?" Dije en voz alta. Les juro que no me reconocí: la mirada re pan triste, sin luz, la piel apagada, el pelo ya lo hablamos, mi vestimenta, bueno, de eso ni hablemos, estaba a un paso de ser una homeless. Estaba extremadamente flaca. Muy. Se notaban los huesos de la clavícula, tenía la cara chupada, parecía enferma... Acá les muestro la selfie que me hice ese día:




Estaba shockeada: ¿Cómo me había descuidado tanto? ¿Donde estaba Cocki?

La tristeza hace eso. La inconformidad. Durante el último tiempo de lo que llamamos mi “relación” me encontraba muy insegura por lo que ya saben, sumado a eso, él se mostraba ya indiferente conmigo. Me criticaba mucho, ya no me halagaba, ni me decía esas cosas trilladas que nos gusta escuchar a las mujeres. Lo peor eran las criticas. Me criticaba TODO, desde mi forma de vestir, hasta cosas de mi apariencia, y débil como me encontraba, mi autoestima empezó a quebrarse despacio pero sin detenerse. De alguna manera siento, que él me estaba apagando porque mi forma de ser, de alguna manera o le molestaba, o era demasiado díficil de manejar para él. No sé si lo hacía apropósito o sin querer, pero yo sentía que me quería dominar, mantener a raya, digamos. Mi año no fue fácil. Cada cosita pequeña, mala, que sucedía, me iba tirando cada vez mas, hasta que me quedé sin luz por completo. El fue mi Edesur en verano, para resumir en una frase.

JAMAS me había pasado semejante cosa. Siempre fui muy fuerte, de bancar todo... cuando digo todo es TODO, siempre fui una guerrera nata; pero la secuencia de tristes incidentes me habían dejado sin fuerza. 
Rememorando todo esto, viendo la imagen que me devolvía el espejo, hizo que dentro de mí se despertara un fuego, un fuego que al principio fue bronca, bronca, por haberme permitido llegar a este punto. Si tuviera que graficarlo, sentí como si de golpe cayeran todas las cadenas que me estaban sujetando. Que había llegado el momento de salir de la jaula que yo misma me había impuesto, y volver a SER Cocki, en cada centímetro de mi petisa humanidad, en cada palabra, en cada acto, en lo externo, y en lo interno. NECESITABA, QUERIA volver a ser yo.

Me bañé, y me fui a la peluquería. Me corté la melena, ya que sentía que ahí se estaba acumulando la mala vibra de muchos pensamientos tristes, hasta mi cabellera, necesitaba empezar de nuevo. Volví a mi casa, agarré mi placard, junté toda la ropa que no me identificaba (ropa que había comprado esperando que me hiciese sentir mejor) y la doné. Acomodé y limpié (esto lo hice con una determinación asombrosa, ya que en mi mente me estaba limpiando a mi misma, de alguna manera) mi casa, de pe a pa. Tiré todo lo que estaba roto, lo que ya no servía, lo que estaba haciendo bulto, empobreciendo al resto de mi hogar, empobreciéndome a mí. Cambié los muebles de lugar, redecoré. Tomé la decisión de volver a mi peso, me diagramé una rutina de ejercicios, y una alimentación mas sana. Hoy en día les puedo decir que no solo estoy en mi peso, sino que encima mi cuerpo se siente mejor que nunca.
Lo externo, reflejaba como me sentía por dentro: Un desastre. Entonces, en mi cabeza, lo funcional, iba a ser que empezase a resolver y acomodar lo externo, para que lo interno tuviera que hacerse eco… Funcionó.

De a poco, empecé a escuchar de quienes me conocen: “Ay, Cocki, que linda te estas poniendo, que alegría verte CENTRADA de nuevo” “Cocki, mirá que linda tenés la piel! Pasame el dato nena” “Cocki, que feo lo que te pasó, pero que linda se te ve, y ¡Que feliz!”

El mejor elogio, me lo brindó mi papá: Estabamos cenando juntos, charlando de la vida, y en un momento, me apoyó una mano sobre el hombro, y mirandome a los ojos, sonriendo,  me dijo: “Hija, que alegría ver que estas siendo vos de nuevo, bienvenida, Cocki.”

No les puedo explicar como me emocionó esto. Sus palabras me dieron un panorama de lo bajo que había caído, y me juré a mi misma, que JAMAS de los JAMASES iba a dejar que me sucediera algo así. Ya había aprendido mi lección. A veces pensando que se hace por amor, se toman las decisiones equivocadas. Me relegué, y fue mi culpa. Dejé que me pisotearan. Claro, siendo una mujer que siempre tuvo un  carácter a prueba de balas, eso hizo trizas mi ego. Cuando te tocan el ego, es como si arrancan una parte tuya. Hasta les diría que el corazón se cura mucho mas rápido de lo que lo hace el ego. 

Si tuviese que figurar mi evolución de manera poetica, les diría que pasé de ser una oruga a ser nuevamente una mariposa. Siempre me gustó estar linda, entonces me cuido mucho. Soy muy coqueta y (ahora) no estoy con nadie que quiera apaciguar mi carácter (me pasa a menudo, que me ven como un desafío… ¿querés un desafío? ¿Qué? ¿Tengo cara de deporte extremo? ¡Por favor!) O me querés como soy, o te vas a freír churros. Así de corta la bocha.
Hoy me pongo yo primera, segunda y tercera. ¿Por qué? Porque aprendí mi lección. Es lo que les quiero transmitir a ustedes, desde mi experiencia: Si estás en una relación que te está apagando, salí YA de ella. Vas a poder vivir sin esa persona, y vas a estar mejor que nunca. Si te estas sintiendo oruga, porque recién terminaste, o porque la persona que tenés a tu lado no te valora, ¡NO! Ya levantate, y ponete manos a la obra… Nadie merece que dejes partes de vos, en una relación. Tienen que amar TODA tu humanidad... Sino, no sirve. Usá el proceso de separación para salir mas fuerte y mejor que nunca. Los finales, son nuevos comienzos. Nunca te olvides de eso.

Sean (seamos) egoístas. Nuestra felicidad está primero. Viene la parte zen: ¿Por qué si no nos amamos a nosotros mismos, como podemos pretender que nos amen? Esta frasecita de libro de autoayuda es una de las verdades mas verdad que se han dicho.

Mi tarjeta está agonizando, mis gastos, les juro van a levantar la economía del país, pero hoy, cuando me miro al espejo siempre digo lo mismo: “Hola mujer, que lindo es volverte a ver. Que sigan los éxitos”. No porque lo material me haga sentir mejor (bueno, un poco sí), sino que estoy invirtiendo en mi misma. Todo es una inversión para mí. Y me mimo, porque siento que me lo merezco, porque quiero, y porque si.

El mundo es mi pasarela, y la rockeo como nadie. Te recomiendo hacerlo. Se siente divino sentirse poderosa.

¿Qué estás esperando? Vuela coquito/a, VUELA!

Cocki Sarli.

viernes, 17 de abril de 2015

¡Hola, Jhonny!

En este tiempo he tenido citas bizarras. Pero ninguna como la que voy a contar hoy. Bueno, hay otra que le hace competencia, pero cuando la cuente, que será mas adelante, dejaré que ustedes mismo juzguen cual de las dos es la ganadora.

He conocido gente rara. Como este chico, nadie. Un tipo fuera de lo común,la versión humana de Jhonny Bravo. 

Nos conocimos en un bar. El se encontraba en la mesa vecina a la cual estaba yo. Mi amiga, Bea, se pone hablar con su amigo, así que a nosotros dos, no nos quedó otra que ponernos hablar. Sinceramente, en ese momento le di poca bolilla. Le daba poca bolilla al mundo en general, así que pobre chango, ese día estuvo hablando con una pared, por lo cual me sorprendió cuando me pidió mi facebook.

Me agregó, lo acepté, y ahí quedó todo. Se congeló, hasta hace unos meses, que de golpe porrazo, me encontré con un privado de él. Intercambiamos un par de mensajes, ahí si nos pasamos el celular, y seguimos la charla vía whatsapp. Va y viene, parecía normal, buen chico, es por eso que accedí en vernos al día siguiente para tomar algo.
Como es mi costumbre, elegí el lugar y lo hice cerca de mi casa. ¿Por qué hago esto? Porque en caso de no funcionar, no me quiero comer el garrón de tener que hacer un super viaje para volver a mi casa, suficiente tendría con que la cita hubiese salido mal.

Si, bueno, soy extremadamente cómoda, esa es la verdad. No me juzguen.

En fin, llegó el día. El iba directo de su trabajo, yo tenía que hacer un par de cosas, así que le propuse encontrarnos directamente allí. El llegó antes de lo previsto, y yo mas tarde de lo acordado (típico en mí).
Me saludó, emitió un "Ay, que hermosa estas", yo le sonreí, emití un tímido gracias, pasamos, nos sentamos, pedimos nuestras bebidas y nos dispusimos a charlar.

Era verano y hacía un calor tremendo. Estábamos sentados en un box, de repente noto que mi espacio personal se había reducido considerablemente. El muchacho, ni lento ni perezoso, se había arrimado, a tal punto de acorralarme. No contento con eso, cada vez que hablaba, me tocaba la pierna. Un atrevido. A medida que la noche avanzaba, esta situación empezaba a pelarme los cables. Siempre fui una mujer de pocas pulgas... esa noche no sería la excepción.
En un momento, cansada de lo que estaba pasando, lo miro y le digo: " ¿Podrías por favor, darme aire?" "Ay si, perdón, es que quería estar cerca" "No te preocupes, mas de acá no me voy a ir, no es necesario que me aplastes para que me quede."

Se río. No entiendo bien que le causó gracia, pero con el correr de la noche, descubrí que el srto respondía a mis agresiones con risas. O sea, le gustaba que lo maltraten y a mi empezó a gustar maltratarlo. Sras y Sres, estaba frente al típico masoquista. Las 50 sombras de grey, pero al revés, y en vez de látigos, lo flagelaba con palabras. Como dije, todo muy bizarro.

Otra cosa rara en el chico, es que cada vez que terminaba una frase, guiñaba el ojo. Al principio me pareció raro, pero no dije nada. Cuando vi que lo seguía haciendo, le pregunto extrañada: "¿Tenés un tic?" "No, ¿por?" "Porque te veo guiñar el ojo todo el tiempo." "Es en complicidad" "¿Complicidad? Al menos se que huyo porque me espanto. ¿Tenés un ataque de cancherismo?" Y se río de nuevo. El tipo era de risa fácil. Lo dejaron caer de chiquito al parecer.

La verdad que no estaba del nada cómoda. El tipo era avasallante, poco le importaba lo que yo tuviese para decir, porque se notaba de acá a la china que solo le interesaba meterme en sus sábanas esa noches... "Perdiste antes de empezar a jugar" pensé. Después de dos cervezas ya estaba medio borrachín, no sumaba ni que le regalaras puntos. Resultó mentiroso: me dijo que tenía 30 cuando en realidad tenía 27. El dijo: "La edad no importa. Yo salí con mujeres mas grandes que yo, y me llevaba bárbaro"
Yo: "Si no fuese importante no hubieses mentido. Y si te llevabas bien, me da que pensar que a las mujeres le habían practicado una lobotomía, o bien te hacían la gran Moria, y te usaban de sex toy".

Si, adivinaron... Se río de nuevo. 

A ese punto de la noche, ya me quería volar los tímpanos, porque sinceramente no lo soportaba más. Miro mi reloj... Había pasado 1 hora y 15 min. Sentí que habían pasado siglos. Decido irme. Le meto cualquier excusa, y salgo disparada del bar. Para mi mala suerte, el sale detrás mio. Llegamos a la esquina, y dice: Bueno... yo me voy a tomar el colectivo para allá. Hablamos dale, te RE quiero volver a ver, ¿dale? Me encantas.(Guiño de ojo)
Tragué espuma, y ni le contesté, antes de volver a verlo, prefería agarrarme los dedos de la mano una y otra vez con la puerta de un falcon. Lo voy a saludar, y me roba un beso. Exploté. 

Indignada como Lita de Lazari con el precio de los tomates, le dije: "Encima que te banqué toda la noche, que me tuve que comer tu soberbia y que sos un creído, que tenes menos tacto que un manco para tratar a una mujer, que EN-CI-MA, sos tan pero tan POCO caballero, que dejás que me vuelva sola a mi casa, ¿todavía pretendes que te bese? ¿Pero vos estas loco? ¿De que circo saliste?. Y por dios te pido: ni se te ocurra volver a llamarme, ¿Entendiste?!" 

Le guiñé el ojo, pegué media vuelta y me fui echando fuego por la calle. Él me empezó a seguir, yo diciéndole que se fuera, que se callara la boca, que no lo quería escuchar, que por favor se fuera porque me molestaba. El seguía caminando atrás mio. Pesado como yunque acme. Balbuceando excusas estúpidas como por ejemplo: "te estaba haciendo una broma, claro que te iba acompañar, ¡Cocki! ¡Para!" Yo que caminaba cada vez mas rápido para que no me alcanzara.  Así, entre echada, mandada a freír churros y persecución, llegamos a la puerta de mi casa. Parecía una película de Woody Allen. Juro. Riéndose (ya a esta altura, le hubiese volado los dientes con una bazooka) me dice: "¿No me dejas pasar a tu casa, que me estoy meando? No me vas a dejar ir así. Dale, dejame pasar a tu casa" Lo miré con tanta indignación, que si las miradas mataran, el pibe hubiese explotado por los aires ahí mismo. Manteniendo esa mirada, y con la voz calma le dije: "Por mi, que te explote la vejiga. A mi casa no vas a entrar. No te soporto mas. Ahí tenés un árbol. Chau" 

Entré y lo deje ahí. Estaba indignadísima. La llamo a Bea para contarle mi cita bizarra. Claro, Bea se murió de la risa. Mientras hablábamos, empiezan a caerme mensajes de Jhonny, diciendo lo bien que la había pasado, que no veía la hora de repetir la cita, que la pasó re bien.

Le leo el mensaje a Bea. Ambas nos quedamos mudas. Al parecer, el había estado en una cita, conmigo, pero en un mundo paralelo, porque nunca acusó recibo de lo que sucedió en la nuestra. Lo ignoré. Durante días me siguió mandando mensajes. Yo seguí mandándolo a freír churros. Hasta que un día me cansé, y la "relación" terminó de la siguiente manera:







Después de este final, pensé: "Si muero, seguramente en mi lápida va a decir: " Murió indignada por acumulación de citas chotas". E imaginé al costado de mi tumba, un librito con todas las anécdotas, así el que me va a visitar, se ríe (conmigo) de las aventuras que tiene que pasar una mujer para encontrar a alguien mas o menos decente, en el siglo XXI. Visitar a un muerto nunca va a ser mas divertido. Je.

Esto recién arranca. ¡C'mon!


Cocki Sarli.

miércoles, 15 de abril de 2015

Renacer

A veces te caes. Claro que sí. Después de estar mucho tiempo dentro de una relación, es normal, que al terminar te sientas un poco perdido/a, o sientas, la mayor parte del tiempo, que algo está faltando. 
Puede darte bronca, te causa dolor, hay gente que se desespera, o estas triste, muy triste. Pero todo es pasajero. No voy a caer en las frases trilladas (aunque son verdad, maldita sea) como por ejemplo: “Que el tiempo lo cura todo”, “Que es lo mejor” etc. Porque en el punto del acomode, en el camino de volver aprender a estar solo de nuevo, lo único que la persona quiere (queremos), es que todo pase rápido. Levantarse sin sentir dolor, sin extrañar, sin sentir el vacío. Y sí, el tiempo cura todas las heridas, pero muchas veces el tiempo, se toma su tiempo, es ahí donde nos desesperamos y nos da ganas de romper todo.

Hace tiempo que me separé, y como ya conté, me engañaron. Demás está decirles, que mas allá del dolor de perder a mi pareja de años, a mi compañero, y todo lo que significa una separación (hablé de esto en el primer post), no solo sentí dolor. Por mala suerte, también me sentí humillada, ya que se hizo conocido mas rápido que chisme de conventillo porque mi ex y su amante carecen de lo que se conoce como, discreción, ese día faltaron a clase. Ven? No falten al colegio, después pasan estas cosas. Y porque de alguna manera, siempre supe que esto sucedía. Consejo de abuela: Si la intuición grita, háganle caso, no es un alerta al pepe. La intuición es lo mas confiable que tienen... Úsenla. 

El, decidió tapar su culpa, culpándome, tratándome de celosa, dando vuelta las cosas, a fin de que yo me sienta mal, por el error que él estaba cometiendo.  Porque realmente, no tuvo ningún reparo en herirme e irse por donde muere el sol cuando cae la tarde, dejándome con un puzzle entre manos de lo que antes solía ser yo misma. No me quiso bien, y eso se notó en como se dio el durante y desenlace de nuestra relación.

Ojo, yo permití que esto sucediera, de alguna manera retorcida (el famoso Mea Culpa). Si lo sospechaba, pude emprender la retirada a tiempo, pero tomé una decisión, que fue quedarme. Si me quedé, el resultado lo tengo que enfrentar, me tengo que hacer cargo. Sacar pecho paloma, ponerle garra, y aceptar, que mi sentir, fue una elección mía, así como su actuar, fue una elección de él.

De esto se trata todo esto: Elecciones. Elegís llorar, patalear, renegar, odiar, negar, aceptar, perdonar, levantarte, hacer, volver a salir, conocer a alguien, permitirte enamorarte, volver a confiar, ser feliz. Todo son elecciones. TUS elecciones. Entonces, si bien el duelo tiene sus etapas, la ruptura tiene una especie de camino a ser transitado, como lo vas a vivir y experimentar es TU decisión. Siempre hay dos veredas donde una/o puede pararse: podés ser la/o víctima o el/la Héroe/heroína de tu historia.

Otra cosa que entendí, o mejor dicho, que sigo entendiendo en este tiempo: Se terminó, porque ambos decidimos tomar caminos diferentes... Primero lo decidimos en silencio, luego lo demostramos con actos y palabras, para terminar bifurcando nuestros caminos de una buena vez, y para siempre. Porque ya no nos veíamos con ojos de amor, porque ya no estábamos enamorados, ni en la misma sintonía. 

Se terminó, porque era necesario que se termine. Porque nuestro ciclo se había cumplido, porque era hora de seguir adelante. ¿Duele? Como los mil demonios. Pero esa es la verdad. Porque, si quedase algo por salvar, tanto en mi ex relación, como en la que tuviste vos, que estás leyendo esto, ambos se hubiesen puesto las pilas para hacerlo. No se puede remar contra la corriente, y tampoco podés sostener una relación de manera unilateral. Cuando uno baja los brazos, la muerte de la pareja solo es cuestión de tiempo.

Yo me dejé de sentir identificada con él, feliz, para serles sincera, muchísimo antes de que se termine nuestra relación. Mi humor ya no era el de siempre, yo no era la de siempre. Vivía nerviosa, era mas lo que sufría que lo que sonreía. No era feliz. Muchas veces, me encontré a mi misma, mirándolo con bronca, con resentimiento. Ahora, vos te preguntarás, ¿por qué me quedé? Pensé que lo amaba, que mi amor iba a ser suficiente, que yo era una especie de Dios que todo lo iba a poder e iba a poder mantener la relación a flote. No tuve en cuenta algo: Su voluntad. El ya había decidido irse con otra. Dejar nuestra relación de lado. ¿Saben qué? Al terminar él, ayudó a ambos. Fui demasiado cobarde para tomar la decisión, y pagué un precio muy alto por eso. Ignorar mi intuición, la cual me gritaba: CORRE FORREST, CORRE! Me llevó a ser un desastre total: No fui fiel conmigo misma, y eso hace estragos en la personalidad y en la autoestima. Como dice la Gran Chiqui: "Como te ven te tratan, y si te ven mal, te maltratan".

Pero no todo es oscuridad en este asunto. Cuando pasé la peor parte, me di cuenta de todas las cosas que tenía por hacer. Que no necesitaba de él. Que sola podía, y que encima sola, era genial. Que él me opacaba, no podía ser yo a su lado, él no me brindaba el espacio para serlo. No era de su interés dármelo. Mi personalidad, si no brilla, se ahoga. Por mas que se ame mucho a quienes tenemos al lado, a veces, simplemente, tenemos que aceptar que esa persona no nos favorece en lo mas mínimo. Que nos hace mejor estando lejos, que cerca. Que esa relación mas que una alegría, puede terminar siendo arenas movedizas, y nosotras su presa.

Hoy volví a todo aquello que tenía ganas de hacer y soy feliz casi todo el tiempo (un mal día lo tiene cualquiera) Volví a sonreír de verdad, y a ser yo, pero en una versión mejoradisima. Pero, la verdad, también es, que por mas que toda esta teoría sea asimilada, hay días en que te vas a sentir como el reverendo upite. Que vas a extrañar, que vas a sentir la soledad. Que te vas a preguntar por el otro, con la impotencia de saber que no podes siquiera acercarte, porque te vas a lastimar. Porque estas en proceso de dejar ir por completo, para que deje de ser una presencia ausente y se transforme en lo que tiene que ser, puramente un recuerdo. Esto es lo que nos pasa a quienes nos quedamos queriendo,  o quienes se alejan queriendo. Procesar el adiós, lleva un poco mas. Algunos deciden usar la técnica de un clavo saca a otro clavo, otros prefiere pulular sin atarse a nadie,  dejando que los sentimientos se acomoden solos. Cualquiera sea el método elegido todo es respetable. Lo que no sirve, es dejar que esa tristeza momentánea te congele. Ya no hay nada que puedas hacer. Mejor dicho, con respecto a tu ex relación, no hay nada que DEBAS hacer. Tan solo, déjala ir. No mires, no llames, no contactes. Transformate en fantasma y mudate de plano. Con él/ella, ya no tenés nada que ver. Se terminó. Se terminó porque DEBÍA terminarse. Los motivos, en realidad, son excusas para que pueda cumplirse el destino escrito… Que es: ambos transitando caminos diferentes.

Por el momento hay que concentrarse solo en lo siguiente: Vivir, hacer y ser feliz, en este nuevo camino que te tocó transitar, permitiéndote de vez en cuando sentirte mal. ¿Sabes qué? Hasta los mas grandes héroes, en algún momento de su historia, sintieron que no iban a poder, y sin embargo, siempre salieron adelante, y eso es lo que los hizo héroes, lo que los hizo legendarios.. seguir adelante a pesar de las heridas es un acto que proclama mucha fortaleza.

Sé Legendaria/o. Porque tu misión en esta vida, es mucho mas importante que tus traspiés, que tus errores. Grandeza, es mi elección para esta vida. Y sinceramente espero, que sea la elección para la tuya.

La caja de chocolates está a la vuelta de la esquina. Paciencia.
Cocki Sarli.

lunes, 13 de abril de 2015

Volver al ruedo.

- Tenés que volver a salir Cocki.
- ¿Tengo?
- Sí, tenés. Conocer gente, rehacer tu vida, arrancar de nuevo.
- Pero no tengo muchas ganas de eso. Estoy ocupada en mis cosas, tranquila, ¿por qué quisiera meterme en la máquina de picar carne? Me da vagancia.
- Basta. Ya pasó tiempo
- Dos meses. Que mi ex haya saltado a otra cama a los segundos de haberse separado, no quiere decir que yo tenga que hacer la gran kamikaze como él.
- Basta, dije. Te voy a presentar a alguien que es re churro y copado y van a salir. Perfecto para vos.
- Mmmm… Bueno, dale Val. Voy a confiar en vos. Arregla todo. Yo voy.
- ¡Ay, que alegría! Ya mismo le aviso a Cristian para que le diga. Te aviso apenas tenga novedades.
- OK (por dentro: “Ufa”)

A los dos días, Val, ni lenta ni perezosa, me manda el siguiente mensaje: “Le pasé tu número a Fulanito Dominguez. Me dijo que se pone en contacto con vos en estos días. Es muy piola, lindo pibe, vas a ver que te va a gustar,”

Admiré su positivismo. La verdad que conocer gente me da mucha vagancia, ya de por si soy vaga para hacer la cama, imagínense cuando tengo que conocer a alguien,  llevar una charla adelante, no meter la pata, ser yo, pero no tan yo (esto último amerita un escrito aparte, porque hay una teoría que merece salir a la luz)… Uf, me cansé de solo escribirlo. La verdad es que las primeras citas uno se siente como objeto de análisis, un gen debajo de un microscopio, tanto de un lado como del otro. Donde es a matar o morir, donde cualquier paso en falso te deja fuera de juego, donde todo cuenta… El TEG, al lado de las primeras citas, es un juego para niños.  

Fulanito no esperó días, esa misma noche me escribió. Era Domingo, y ya me invitaba a salir el Viernes. “Es ansioso” pensé. Pero me había propuesto no prejuzgar, y le contesté que por el momento aceptaba y que cualquier cosa, le avisaba en caso de no poder. Que buena piba ¿No? Me dio el OK. Charlamos sobre bueyes perdidos vía whatsapp, y así continuó el resto de la semana.

Me mandaba fotito de él relajándose, de su perro, me contaba de su día, me preguntaba del mío. Un amor de chico pintaba. 
A pesar de mi desconfianza en todo este tema, debo admitir que causa cosas lindas este tipo de atenciones, y sí, a las mujeres nos gusta que nos endulcen la oreja. Entiendan, hombres del mundo, sean caballeros y las puertas del cielo se abrirá para ustedes. Pero sean caballeros siempre. No un rato. Sino es trampa, y normalmente van a terminar eyectados por el upite. Lo bestial, lo irrespetuoso, no cotiza en mercado. A no ser que la mujer, tenga una lobotomía hecha, o sea tan solo una chica. Las chicas, soportan cualquier cosa. Las mujeres somos mas demandantes, al punto de pecar de intensas (rompe pelotas en criollo).

Después de una semana de charla, nos vimos el viernes, en un restaurant de San Telmo. Llegamos por separado (no me gusta que me ubiquen geográficamente gente que no conozco). El llegó primero, y como buena mujer que soy, llegué con atraso, nada grave, 5 min. Bastante bien lo mío. Normalmente llego con atraso considerable. Sí, tengo problemitas con la puntualidad. 

Nos saludamos y me gustó lo que vi:  Un tipo bien vestido, con facha, prolijo. 
Entramos al lugar elegido, nos sentamos, la charla era fluída y entretenida. A modo de saber con quién estaba lidiando, le paso la carta, y le digo: “Elegí vos la comida, yo elijo el postre”. Se puede saber mucho al ver lo que come la otra persona. Fulanito eligió un plato para compartir, muy rico, la verdad, y abundante. Y dijo: “Elegí esto porque se adapta a las cosas que me dijiste que te gustaba comer” AHHHHH! Como sumó porotos Fulanito en ese momento. Pero hubo algo que me disparó todas las alarmas:

Estábamos hablando de nuestra infancia, y en eso me cuenta, como “anécdota” como a los 7 años de edad, entró en el gallinero ubicado en el campo de su familia, y destrozó dicho lugar y maltrató a las gallinas solo porque las odiaba. Luego, con cara triste,  me dijo: “todavía recuerdo la tremenda paliza que me dieron”

No me quiero ni imaginar la cara de horror que habré puesto, ya que el me preguntó: "¿Estas bien?" Respondí que si, pero por dentro pensaba: "Hola, si, ¿Psiquiátrico? ¿Por casualidad, a ustedes se les escapó un paciente? ¿Si? Bueno, acá lo tengo, cenando conmigo. Vengan a buscarlo antes de que me quiera hacer la gran gallina."

En fin, me hice la osa, pero digamos que ya estaba arrimando a mis conclusiones finales. Aún así, venciendo mis ganas de huir, dije, “Bueno, sigamos viendo que onda”. No me pueden decir nada. Le re pongo onda a las cosas. Comimos el postre y llegó la hora de partir. Amablemente   se ofreció a traerme a mi morada, lo cual yo no quería al principio, pero insistió tanto, que accedí.

Me trajo, charlamos un rato mas, y cuando nos íbamos a despedir me robó un beso. Soy una mujer a la antigua, por lo tanto estas cosas me ponen un poco incómoda, pero me dio ternura lo delicado que fue. Me pregunta: “ ¿Qué vas hacer ahora? Le dije que iba a proceder a estar un poco con mi perro, al cual no había visto en todo el día y a  dormir porque estaba muy cansada, ya que había tenido una semana de locos. “¡Ah! Me estas echando! Me cambiás por el perro.” 

Lo miré asombrada. Esperé que se riera, o algo que me diera a entender que estaba haciendo un chiste. Nada. Lo estaba diciendo en serio. 

“Bueno, gracias por la linda noche” Ante todo, una dama, mientras buscaba desesperadamente las llaves dentro de mi cartera. Le di un beso en el cachete, me bajé del auto, y me dirigí a mi casa. Vi como su cara se transformó. Sras y Sres, al ver eso, oficialmente estaba en una escena de atracción fatal. Tenía la mirada clara de "te voy a hervir el conejo". Claramente le molestó porque no lo había invitado a mi casa, porque tuve el tupé, de tomar la decisión de no tener sexo con él esa noche. Porque al parecer, cuando te invitan a cenar y esas cosas normales, que hace la gente común y corriente,  lo mas “normal” es que respondas con sexo. Mucha película porno estos chicos, me parece.

Se fue enojado. Apenas entré a mi casa, lo primero que hice fue borrar su número de mis contactos, y bloquear, claro. Luego, le mandé mandé un mensaje a Val y  dije: “Val, el tipo que me presentaste es un bobo atómico.” Le conté la situación, y terminé el mensaje con un “Te quiero mucho amiga de mi corazón, pero no voy aceptar que me presentes a nadie mas. Beso Beso”

Mientras me preparaba para irme a dormir, en medio de mi indignación, me pregunté con que clase de especímenes me iba a encontrar en este camino arduo de conocer gente… Porque claramente no es fácil, pero la vida, se iba a divertir un rato conmigo mientras transitaba esto… La vida, sras y sres, tiene un sentido del humor tan ácido, que es de no creer.

Mi último pensamiento antes de dormir, al ver lo ilusa que fui al pensar que iba a ser sencillo empezar a conocer gente, fue: “Las mujeres a veces pecamos de ser  un globo lleno de ilusiones, en un mundo lleno de alfileres.”

Se los dije. Soy la reencarnación de Sócrates.

Y esto recién empieza. Mamma Mía.


Cocki Sarli.


jueves, 9 de abril de 2015

No hay domingo que dure 100 años... Ni mujer que lo resista.

Dibujo de Alejandra Lunik
Domingo. De existir algo muy temido por la humanidad, no serían los zombies, sería una semana llena de Domingos. Sobre todo cuando te quedas soltero, después de haber compartido casi 300 domingos junto a alguien. Al terminar,  de golpe te encontrás con TODO el tiempo del mundo y con TODO un DOMINGO para vos. 
No cualquiera puede llevar semejante peso en la espalda. Venía acostumbrada a oficiar de novia los fines de semana. Como dije antes, con una rutina establecida, y ni te explico lo aceitado que teníamos los Domingos, casi un W40 de tan bien que funcionaba la rutina.

Con una mano en el corazón, voy a reconocer, que nuestros domingos eran casi siempre iguales, y sin demasiada novedad, pero bueno, no solo estaba estúpidamente enamorada del pibe (nos la pasabamos comiendo, durmiendo y lo "otro"... je), sino que era nuestro día sin interrupciones para estar juntos. Entonces, tontita como estaba, me amoldaba a sus preferencias.

Si. Fui tonta. No me voy hacer la gansa. Pero el mea culpa lo dejamos para mas adelante. En algún momento de este blog, me voy hacer cargo de las cosas en las cuales me mandé un moco.

Sigamos: Durante el primer tiempo de mi ruptura, mis amigas no me dejaban ni a sol ni a sombra. Mas allá de la soledad que me generaba el domingo, el pibe me había dejado un domingo, así que imaginate, cada vez que llegaba un domingo se me quería tirar de la terraza mas alta de Buenos Aires. Y si llovía, Ay, virgencita de guadalupe, como me deprimía, porque OH! casualidad, el día que me dejó, no solo era domingo, sino que llovía tipo como para ir armando el arca de Noe y ENCIMA hacía frío.

De verdad les digo, si sobreviví a tan deprimente ruptura, me pueden mandar a la guerra mas sangrienta que soy capaz de ganarla sola.

Esto duró un considerable tiempo, hasta que, claro, mis amigas se hincharon los ovarios. Me pusieron la mano en el hombro, una de cada lado, y me dijeron: "Cocki, hasta acá llegamos. Te toca hacerte cargo."

Miercoles... con la comidad que tenía en el papel de celeste siempre celeste. Ufa. Bueno.

Eso fue un sábado. A la noche salimos, y cuando me acosté, me quedé mirando el techo, abrazando fuerte al perro (casi lo asfixio) pensando en que cuando me despertara iba a ser domingo. Fue tanto el panic attack, que pareciera que mas que un día, el que iba a llegar era Freddy Krueger para hacerme feta de jamón.

No se escuchaba ni un grillo en la noche. Los silencios pueden ser muy incómodos cuando no está feliz en la propia piel. Atiborrada de pensamientos me fui durmiendo, y exactamente a las 11:30 AM, el domingo me encontró.

Me levanté con un nudo en el estómago. Saludé a mi perro con abrazos, y procedí a bañarme como todas las mañanas. Me preparé el mate y me senté en el patio a disfrutar de mi desayuno.

Mientras mateaba, tiraba alguna lágrima para no perder la costumbre del duelo doloso, hasta que en un momento, me detuve a observar a mi perro:

Estaba abierto como un pollo, tirado al sol, respirando tan pero tan pacíficamente que imposible no contagiarse de ese estado tan zen. Levanté la vista, y miré hacia arriba. Por primera vez, esa mañana, estaba VIENDO: el sol brillaba tremendamente, hacía calorcito, los pajaritos cantaban y ninguna vieja se levantaba... Y la realidad me golpeó muy fuerte: ERA LIBRE. Después de años, tenía un día donde podía hacer lo que se me venga en absoluta gana: Ir, venir, quedarme, morsear, andar en paños menores, cambiarme, jugar al congelado, lo QUE QUIERA. Era libre y no tenía a quien rendirle cuentas de nada, ni siquiera amoldarme a los planes de nadie. Al fin, podía amoldarme a mi misma.

No mas angustias, no mas peleas, no mas dudas, no mas engaños, no mas excusas, ya nada malo existía en mi humilde morada (la externa y la interna).

Ahí estaba: La oportunidad de vivir mi vida a pleno, o seguir llorando y marchitandome por alguien que no valía ni 1 Austral.

Agité la cabeza y salí eyectada de mi silla como si tuviese un resorte en el upite. Me cambié, agarré lo necesario para pasar el día afuera, preparé al perro, tomé las llaves de auto y me fui a pasar mi día a Palermo. Estaba feliz. Este domingo era mío, y lo estaba dominando like a champion.

Llegamos a destino. Mientras mi perro jugaba y definía su sexualidad con otros perrunos que estaban por ahí, yo me encontraba tirada al lado del lago, escuchando una música maravillosa, recibiendo de febo un exceso de vitamina D y con una sonrisa tatuada en la cara.

Si. La ruptura había sido mas que beneficiosa. Me había liberado. Realmente ya no sentía ese peso que me cerraba el pecho. Como dije antes, me sentía libre.

El corazón es como una masa de plastilina, capaz de tomar miles de formas, según el estado de ánimo, la persona que lo conquiste, los sentimientos que experimentemos, del dolor que nos causen... Aún cuando se "rompa" puede volver a unirse, adquirir una nueva dimensión, y así como la plastina, lo roto ni se va a notar y pronto nos olvidaremos de que alguna vez eso sucedió... O al menos no nos va afectar tanto.

Mientras filosofaba mentalmente de tal manera que Sócrates se hubiese sentido apabullado, mi celular no para de recibir mensajes de gente preocupada por saber como me sentía, como estaba... Claro, tenían miedo que hubiese hecho la gran Alfonsina Storni en el riachuelo.
A todos les contesté lo mismo: "Estoy perfecta". Lo decía muy sinceramente. Me hubiese gustado agregar: "estoy volviendo a ser quien era, pero en una versión mucho mejor"

Me lo guarde. Mas que hablar, muchas veces es mejor demostrar.

Listo. Conquisté los domingos. A partir de ese día tengo, un sinfín de experiencias por vivir, miedos por vencer, y desafíos por ganar. Me paré y puse mis brazitos en jarra, pose heroína (recomiendo hacerlo, al menos 5 min por día o antes de algo importante... No saben como los potencia. De verdad. Lo juro) "Vida, prefiero estar en el tope antes que sobre mis rodillas. Nací para conquistar, y no voy aceptar una derrota mas"

Claro que lo dije para mis adentros, ya con la pose debo haber parecido bastante loca.

Experimentaba y experimento, felicidad absoluta, como los perros cuando sacan la cabeza por la ventanilla. Si, seguro que en medio del disfrute, capaz te comes sin querer algún bicho, pero vas a seguir siendo feliz, porque, ¿sabes qué? Estas disfrutando de manera completamente consciente. Nada puede en contra de eso.

Ahora, cuando llega los domingos, soy una persona feliz, que si quiere sale, que si no, no… Que disfruta… De los domingos, de si misma, de su sentir y de todo aquello que la vida tenga para ofrecer.

Estoy viviendo a pleno, y no pienso hacerlo de otra manera.


Cocki Sarli.

Gracias por pasar! Te espero nuevamente.