Intimidades de una cualquiera

martes, 9 de junio de 2015

'Stone the crows'

Estoy llegando a la conclusión de que la vida algo me está queriendo decir, ya que no deja de ponerme en el camino hombres extranjeros… Australia, Inglaterra, Francia y España. ¿Será que tendré que armar la valija y que mi futuro marido se encuentra del otro lado del mundo?

Teniendo en cuenta mi relación con la vida, no me extrañaría.

De Australia ya hablamos, y mi corazón siempre está con Australia, pero Australia está en Australia, y yo soy una mujer con necesidades básicas y ni tanto, así que bueno… Vamos  agarrar una estampita de Lady Di, vestirnos acorde, preparar el té con unos ricos scons y charlar sobre el inglés.

El Inglés no es nuevo para nada, es mas, creo que mas o menos hace dos años que lo conozco. Siempre tuvimos onda, pero como yo estaba de novia, no le di cabida (de haber sabido…) pero, la verdad es que siempre me pareció muy churro, y mas de una vez le dediqué un pensamiento pecaminoso… Nunca hice nada, ni siquiera insuiné, pero vieron como son las vueltas de la vida… Cuando el magnetismo es fuerte, en algún momento quedás abrochada.

Hace un tiempito largo, por esas casualidades de la vida, volvimos hablar. Quedamos en vernos para ponernos al corriente de nuestras vidas (si, claro) ya que hacía mucho tiempo que no compartíamos una velada de amigos (de nuevo: Si, claro).

Ni lento ni perezoso el inglés, se autoinvitó a casa. De mi parte, cero problema, si a mi me gustaba mas que comer pollito con la mano, así que decidí prepararle una cena, el se encargaba de la bebida.
Llegó el día esperado: Llegó puntual, le mostré mi departamento (esos tours obligados que das tipo para romper el hielo) y mientras se acomodaba, yo comencé a cocinar.

Detalle: El no habla español, así que nuestra conversación mucha veces era tan fluida como el riachuelo, ya que vengo un poco oxidadita con ese tema… Aunque realmente tenía la esperanza de no hablar demasiado, pero bueno, el tema es que nuestra manera de comunicarnos es hablando inglés.

Comimos y tomamos. Mucho tomamos, lo cual hizo que nuestras inhibiciones vayan siendo un simple recuerdo. De a poco nos fuimos poniendo mas y mas cómodos en el sillón, hasta que en un momento, no sé como ni cuando (a quién le importa, la verdad) terminamos matándonos a besos.

Que besos, que química. Te hacíamos una fogata con solo pasarle cerca a unas ramas secas. Una cosa llevó a la otra, y claro, terminamos enredados. Y que enredo Sra, que enredo Sr,  éramos nucleares de  la química que teníamos, hasta, y juro que no lo digo por el rencor que me queda, que sexualmente teníamos mucha mas compatibilidad de la que tuve con mi ex.
No hubo momentos incómodos, todo fluía. Había pasión, había deseo, ganas,  libido para tirar al techo, aún cuando terminamos, no queríamos terminar, así que arrancamos de nuevo. 
Literalmente, me voló la corteza cerebral. Estaba impactada, me lo quería comer crudo. Una vez que terminamos, nos quedamos abrazados desnudos… Nos mimábamos, como si lleváramos meses de amantes, o años, no sé, teníamos complicidad… nos reíamos; Todo era lindo, todo era "perfecto".
Esa noche no dormimos juntos, pero a los días nos volvimos a ver. Esta vez cocinó él, y verlo cocinar fue muy excitante, muy sexy… Teniendo en cuenta que mi ex como mucho sabe hacer una salchicha (si es que no se le quema), ver a un hombre cocinarme, seducirme a través de un salmón con una salsa de papaya con toques picantes, y que se yo que mas hizo, me llevó a tocar el cielo con las manos. En ese momento, yo era su reina, y me lo dejó bien en claro. 

Porque la verdad es, que cuando estas acostumbrada a estar con un tipo cómodo y de golpe estas con alguien que aún sin compromiso amoroso se desvive por atenderte, me dio ganas de mandarle una carta documento a mi ex acusándolo de vagancia extrema, con desatención dolosa hacia mi persona.

Cenamos, charlamos cosas banales y profundas. Me contó de sus aventuras por Europa, nos contamos nuestros proyectos, hablamos sobre nuestros intereses y claro… Terminamos enredados nuevamente, pero esta vez redoblando la apuesta. Mas pasión, mas lujuria, todo mucho, teníamos hambre, casi literalmente, el uno del otro.  Esa noche dormimos juntos. El me abrazó toda la noche, no me dejaba correrme ni un centímetro lejos de él, entrelazaba su mano con la mía, cuando yo lograba zafarme de su abrazo. Me besaba la espalda. Si me tenía cerca, me besaba la cara, o la mano que tenía apoyada en su pecho. A mitad de la noche tuvimos otro round.  Fue una noche tan cariñosa, tan fogosa que la verdad que no podía creer que este muchacho me haya encendido todas las cockis sexuales que estaban  invernando. 

Gente… La primavera había llegado al cuerpo  de Cocki.

Nos despertamos, me hizo el desayuno, no me dejó hacer nada. El quería atenderme, mimarme, y yo no tenía ningún problema con eso. Charlamos, estuvimos juntos nuevamente y luego se fue. Ambos teníamos que volver a nuestras realidades.
Hasta acá una maravilla ¿No es cierto? Ya muchas/os de ustedes me imaginan eligiendo el vestido blanco o sacando el pasaje a England. Pero gente… ¿De qué estamos hablando? Soy Cocki ¿recuerdan? Y la vida de Cocki, como sabemos, es… Intrincada. O mejor dicho, los seres que habitan la vida de Cocki son “especiales” (algún psicólogo por ahí?)
Nuestra relación venía de maravillas. Estaba contenta de que ya tenía “amigo” para pasar el invierno, pero mi “amigo”, tenía otros planes: Una noche coincidimos en una cena (la organizaban unos amigos en común); yo fui con una amiga, y el fue con otras personas, entre esas personas una chica con la que (yo sabía) que fue su "hueso" años antes. ¿WTF? Me saludó con un abrazo, pero delante de otros, solo seguimos siendo amigos… Bueno, el se lo tomó demasiado en serio y lo llevo para el otro lado.

A dos días de esos maravillosos días que pasamos juntos; el Inglés, divino y fogoso me aplicó la ley del hielo. 

Si.

Así como lees. Me ignoraba. Por completo. Y cuando digo ignorar, hablo en serio. Yo no existía. Era casper, pero con tez mas oliva. Hablaba con todo el mundo, menos conmigo. Bailaba, bromeaba con todo el mundo… Menos conmigo. Charlaba con las chicas del lugar, abrazaba a sus amigas (a las cuales conozco en su mayoría), menos conmigo y a mí.
Demás está decirles que me encontraba com-ple-ta-men-te desconcertada, porque no había pasado nada malo, y horas antes de la cena, habíamos estado charlando lo mas bien.

¿Dr Jekyll y Dr Hyde? Bueno, capaz… A esta altura, nada me sorprende. El tema es que me ignoró toda la noche. Lejos de ponerme mal, yo hice la mía, pero soy una mujer muy temperamental, por ende, la vena de mi garganta estaba creciendo a velocidades kilométricas y si no decía algo, iba a explotar como chernobyl.
No tenía sentido. De verdad que no. Tan apasionado y de golpe tan glaciar. ¿Se le rompió el termostato? ¿Me perdí de algo? ¿What's going on mate?
Tomé la decisión de irme, no sin antes,porque no puedo con mi genio, ir como va un toro hacia algo rojo, y casi perforándole el hombro con mi dedo índice, le dije, en inglés, “NECESITO DECIRTE ALGO”, puso cara de bebé que se cagó encima, y me siguió. Una vez que lo tuve a tiro, cargué mis palabras y disparé (siempre en inglés… nada mas frustrante que expresar tu enojo y frustración en un idioma que no es el tuyo): “Escuchame, ¿que carajo te pasa? ¿Que es toda esta mierda de ignorarme? ¿Acaso no eramos amigos antes de acostarnos? Hace dos días dormimos juntos, hace dos días estabamos “haciendo el amor” O SEA… ¡ME CONOCES FLACO! ¿Y ahora te la tirás de king of england? ¿Pero quien sos? ¿Tacher? ¿El tampón de camila parker bowles?”

Enojada soy como el volcán de Pompeya. Mi lava puede arrasar entera a una persona.

Si. Estaba enojada. Indignada. El alcohol, mas mi enojo, me hicieron una granada sin seguro… Él ni siquiera podía modular palabra, hasta que me dice: “Perdón, me debe haber salido el inglés de adentro, no estoy acostumbrado hacer mi vida pública”
Lo miré onda: “¿Me estás cargando?” Pura excusa, así que cerré mi dialogo de enojo así: “A vos te sale el inglés, a mi la argentina y te mando bien a la merde. Yo no te puedo creer que me digas semejante pavada. Yo no te estoy recriminando que no me chapaste en público, te estoy preguntando ¿POR QUE NO ME HABLAS?! Te creía mas inteligente la verdad. Mas Hombre. Por dios, me voy, chau”
“Yo te hablo… yo te hablo” Dijo con la voz temblorosa.
“Por mi, ni te gastes, comete un scon”

Y me fui echando fuego… El de seguridad de donde estábamos, se reía: “Morocha, estás indignadísima” “Indignada NO… HINCHADA LAS PELOTAS ESTOY!!!!!”

Me fui refunfuñando, me subí al taxi y decidí que al día siguiente iba a practicar celibato porque ya estaba podrida de tanto humano raro.

No solo el amor traspasa fronteras… los aparatos histéricos también. El ahora está enojado. EL. Que alguien me explique, porque  ya no entiendo mas nada.

Está bien que lo bueno sale caro... ¿pero no hay un plan trabajar para esta pobre trabajadora incansable del amor?

(Suspiro).

Cocki Sarli.
(Suspiro de nuevo)


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