Intimidades de una cualquiera

lunes, 27 de julio de 2015

Hoja en blanco

Hay días que sentada en mi escritorio, frente al Word en blanco (que poético sería si fuera una pluma y una hoja en blanco, o una hoja en blanco y una máquina de escribir) que me pregunto qué clase de señales estoy tirando al universo.

Siempre escribí, y a esto me dedico, lo que amo. Claro, que normalmente lo hago en un tono serio, informativo, procedente de una investigación exhaustiva y siendo sincera… Bastante aburrida.
Después tengo este espacio, mis diarios (que no son más que cuadernos decorados con lo que venga para hacerlos más pomposos) íntimos, mis post it, y todo aquello que sea posible de escribir, yo lo escribo.

Acá, dejo un 15 % de todo lo que pasa en mi vida, está orientado a una zona de ella, porque muchas veces me he preguntado a quien le puede interesar la otra parte, compuesta por todo lo que nombre más arriba. Soy un rejunte de papeles, todos con sentimientos, algunos manchados con lágrimas, otros con alguna sustancia alimenticia o bebida (té… muchos con té, porque soy fanática del té), algunos con fibras (porque también dibujo… mal, pero dibujo), otros con rayones (cuando no me convence, o me da bronca lo que escribí) y algunos tienen marcas que no logro identificar (puede ser que los haya escrito en un estado de lucidez, dudosa), chistes, declaraciones, promesas, dibujos, onomatopeyas. Si hay un papel, seguro voy a dejar mi marca en el. “Soy letra” dije alguna vez. Y vuelvo a repetirlo, aseverarlo y confirmarlo.

Pero al leer nuevamente (porque siempre releo) este 15% y sus comentarios, puedo decir, que me alegra mucho saber que se ríen conmigo y de mí, así como muchas veces, me da “gracia” ver que muchas personas piensan que soy un alma en pena, triste que está más cerca de tirarse por el balcón, prenderse fuego en plaza de mayo, la reencarnación de Grecia Colmenares,  que otra cosa.

Otra cosa que me dio que pensar sobre esto, fue que hace poco, hice un comentario sobre una X, que realmente me cae como una patada con botines en el upite, y una Y me preguntó si me estaba refiriendo a la nueva de mi ex.

Me la quedé mirando. Claro, tanto he despotricado, dicho, entredicho, maldije, etc, que obvio, por más que no hable, los demás, van a interpretar que hablo. Pregunto sobre algo Z y automáticamente lo relacionan en que estoy hablando sobre ese tema. Y así. Esta vez, lejos de hincharme las pelotas (aunque mandé a Y a freír churros por metida) me quedé pensando. También entendí, porque puede ser que me esté yendo tan “mal” (no considero que haya mal o bien, sino “conviene o no conviene”) en el tema amoroso: Tal vez proyecto la imagen de todavía estar enganchada en esa situación, con mi ex, con toda esa bazofia.
Una cagada a decir verdad. Porque una quiere despegar y como una tontita va y se pega sola, lo que conlleva a que cuando ya no estás ahí, los demás, de costumbre, ya te ubican en ese lugar.

No extraño. No quiero. No amo. Ya casi ni hablo del tema, y cuando tengo necesidad de hacerlo, que hago? Escribo. Me gustaría poder decirles a esos muchachines que pasaron que realmente que me hubiera gustado estar más presente  cuando estuve con ellos, pero que le vamos hacer… Estaba en otra. Estaba pariendo una bazofia. No son fáciles los partos, y el mío fue con fórceps. Así que la recuperación fue lenta.

Igualmente, volviendo al punto, a veces se nos escapa la tortuga con respecto a las palabras que salen de nuestra boca, o lo que transmitimos corporalmente, aunque la realidad es que, aquello que el cuerpo habla es realmente lo que pasa en nuestro interior, y lo que el otro, muchas veces interpreta es simplemente una emoción reprimida ansiando salir. Creo firmemente en que la gente actúa como espejo en este punto, y si lo reprimís, lo más seguro es que te empieces a cruzar con gente que quiera que lo saques afuera, así como lo malo atrae lo malo, la felicidad cosas buenas, y así, es necesario (me lo digo a mi misma) prestar más atención.

Lo hecho, hecho está, difícilmente voy a poder deshacer eso, y las oportunidades perdidas, bueno, perdidas están... vale la pena arrepentirse? Dudo. Soy una convencida de lo que sucede, siempre conviene. No voy a caer en la frase trillada: "lo mejor está por venir" porque siento que eso significa que pateas la pelota, o que como una boluda, siempre te quedas esperando. Lo mejor, te está pasando, aunque te sientas como el upite, porque si pasa, es porque así tiene que ser, para que vos vayas rumbeando al camino que tenés escrito en alguna parte del universo, y que vos le das forma todos los días de tu vida, hasta cuando dormís.

Como todo aquello que sucede en la vida, todo es una gran enseñanza. Lo dije antes, parí (figurativamente!) hace poquito, recién ahora caigo en tiempo y forma en las cosas que venían pasando y que me pasan, entonces si bien no puedo reestructurar el pasado, puedo transformar mi presente y darle la forma que quiero a mi futuro.

Puedo hacer que una simple hoja en blanco se transforme en algo lleno de vida, algo eterno, algo que me haga sentir orgullosa… Una hoja en blanco, puede adoptar la forma, el significado que quieras darle. Desde hace meses mis hojas en blanco van plasmando las formas de mis sueños, de mis anhelos, de mis alegrías, de mi vida misma. Trabajo, me muevo, duermo poco, estoy hiper activa, puteo, me río, voy y vengo, en pro de plasmar en esas hojas en blanco lo que quiero para mi vida, como y cuando. Porque si algo soy, es una chica decidida, mis querid@s coquit@s.

Cuando te encuentres en una disyuntiva, en un mal momento, cuando no sepas como salir de algo, o no entiendas bien que te pasa, agarrá la hoja en blanco y dejá tu mano libre… Vas a ver, como al rato, encontrás la respuesta.


Me pasa todo el tiempo. Es mejor que el psicólogo. Y gratis. Que más querés?

Cocki Sarli

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