Intimidades de una cualquiera

miércoles, 19 de agosto de 2015

Son Leyenda

Cuenta la historia, que no hace mucho tiempo atrás, existía una raza de masculinos que se llamaban: “Hombres de 30 y tantos”. Antes de que la adolescencia robe tiempo de la adultez, haciendo desaparecer a la mayoría de esta rara raza, estos hombres co-existían con las sus pares féminas, en relaciones consideradas relativamente normales: Se conocían, salían un tiempo, se ponían de novios, se casaban, tenían hijos, y así giraba y giraba el círculo de la vida.
Se independizaban de sus padres a temprana edad. Normalmente contaban con buenos trabajos, y tenían el instinto de cuidar a su mujer, desde el aspecto monetario hasta el sobreprotector. No desmerecían a sus pares, sino que iban a la par, y por un tiempo, tal vez demasiado breve, los hombres de 30 y tantos, y las mujeres de 30 y tantos, conformaron alianzas que parecían inquebrantables.

Pero, pronto, este paraíso de los adultos se vió amenazado: El nacimiento de las redes sociales, el avance y prolongación de la adolescencia, el capitalismo, la metrosexualidad y varios factores mas, destruyeron de a poco a esta raza dada por sentada en su momento.

De a poco, hombres inteligentes, divertidos, independientes, monetariamente asentados, con buenos trabajos, buena educación, sensibles, pero machos al mismo tiempo, fuertes emocional y físicamente, interesantes, adultos, empezaron a desaparecer, para dar lugar a toda una generación que se aferra a vivir con sus padres, que tienen trabajos pocos estables, sentido de compromiso casi nulo, poca capacidad de compromiso, ambición casi nula, monetariamente quebrados, o con ánimos de ser mantenidos, poco sensibles (o demasiado), amantes de los espejos (los exagerados), y lo peor, robando el protagonismo en el escenario de la histeria, reservado, hasta ese momento, solo para las mujeres.

Atrás quedaron los días donde las mujeres se quejaban por cosas ordinarias como por ejemplo que el marido o novio no hablaba, o que trabajaba mucho, o pasaba mucho tiempo ausente; eso al día de hoy, parece una pavada... Hoy, se escucha el llanto desconsolado de las mujeres, por los recovecos de la gran ciudad, alegando la falta de compromiso, de empatía, de ambición, de crecimiento, de inteligencia que come a la juventud masculina, como si fuera un virus implacable, avanzando y destruyendo a sus huéspedes sin miramientos, dejándolas en una situación de conformidad con lo "peor es nada", o renegando, o despotricando, o solas.

Cuenta la leyenda, que existen sobrevivientes de aquella raza tan extrañada. Pero están escondidos, o bien viven en tierras lejanas, siendo considerados joyas, en el barro de la mediocridad. Hay mujeres que no se rinden en su búsqueda incasables de estos especímenes tan raros de encontrar hoy en día, sabiendo que descubrir su morada, conocer a uno de ellos, puede ser la llave a la felicidad tan soñada: Alguien que la acompañe, un co-equiper, un hombre con todas las letras. Que la leyenda, el mito, se haga realidad.

Hombres de 30 y tantos, maduros, correctos, inteligentes, sensibles, fuertes... hermosos seres mitológicos, salgan de donde estén... Los necesitamos... los estamos esperando.

Atte: Las solteras de 30 y tanto hinchadas las pelotas.



Cocki S.

4 comentarios:

  1. q es lo rosado de la portada?? siempre me dio curiosidad!!
    espectacular el post, como todos

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    1. Me crees si te digo que no sé? Lo hizo una amiga... Le voy a tener que preguntar, así nos sacamos la duda (que dicho de paso, también tengo). Muchas gracias :) Beso grande.

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  2. Muy bueno, éste y los otros post que leí hasta ahora. Lo que pienso seguir haciendo. Saludos
    Ah! Tengo 30 y tantos

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  3. Muy bueno, éste y los otros post que leí hasta ahora. Lo que pienso seguir haciendo. Saludos
    Ah! Tengo 30 y tantos

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